jueves. 15.05.2025

Como ya adelantó este diario a través de su edición digital, en una información servida a toda Canarias por la agencia ACN Press, el Partido Popular (PP) tildó ayer de “tránsfuga” al parlamentario lanzaroteño Alejandro Díaz, recientemente expulsado de la formación y trasladado voluntariamente al grupo de los no adscritos en la Cámara autonómica. El autor de la acusación no es otro que Larry Álvarez, mano derecha del presidente regional de los populares y actualmente responsable de la organización interna del partido.

Y está bien que se haga este matiz, porque Alejandro Díaz fue expulsado por los populares, aunque alguno parezca ahora haberlo olvidado o hacer que lo ha olvidado. Cualquier medio de comunicación debe estar en contra del transfuguismo, aunque el transfuguismo también tiene apartados que merecen ser aclarados. Uno de ellos, un buen ejemplo, es el que protagoniza Alejandro Díaz. Hay que recordar, porque gente como Larry Álvarez parecen tener mala memoria, que si el parlamentario lanzaroteño no está en su grupo correspondiente no es porque él no quiera estar, sino porque su jefe y presidente, José Manuel Soria, no quiere que esté. Como no tenemos espacio suficiente para reproducir la historia de la salida de Díaz del PP, nos limitaremos a recordar que después del fiasco del Cabildo, del que el que por entonces era presidente de los populares fue también muy culpable -nos referimos a la nefasta estrategia de venganza de Soria y su orden de que se expulsara a los consejeros de Coalición Canaria (CC) como respuesta a la ruptura del pacto en el Ejecutivo regional-, se produjo un deterioro en las relaciones de ambos, deterioro que concluyó con unas declaraciones de Díaz en las que cuestionaba el papel jugado por Soria en la comisión de investigación por el caso eolo en el que su hermano, Luis Soria, aparecía como uno de los principales acusados. Luego llegó esa curiosa comisión de investigación interna a través del Comité Regional de Derechos y Garantías que dirige el lanzaroteño Fernando Figuereo y la rocambolesca expulsión, expulsión que no contó con el beneplácito absoluto de Madrid ni de compañeros de Díaz como el presidente en Fuerteventura, Domingo González Arroyo. Tras todo esto, el parlamentario anunció que se pasaba al grupo de los no adscritos y que ingresaba en las filas del Centro Canario Nacionalista (CCN). ¿Estamos hablando por tanto de un tránsfuga? Pues es complicado, porque es cierto que no devolvió el acta de diputado al partido por el que fue elegido, como sí hizo por ejemplo en Yaiza su compañero José Carlos Rojas, pero también es cierto que su partido no le dejó continuar dentro de la organización defendiendo su posicionamiento, como entendemos que hizo en estos cuatro años siendo el parlamentario lanzaroteño que más iniciativas ha presentado.

Por tanto, las palabras de Álvarez, que ya sabe todo el mundo en Canarias que no es un ejemplo de contención en el lenguaje y de política moderada, habría que contextualizarlas.

Con lo que sí que hay que estar de acuerdo es con la censura que hace al posible intento socialista (esperamos comunicado oficial del PSC) de querer aprovechar la situación para convertirse en el segundo grupo de la Cámara. Tampoco lo creemos mucho. Total, para lo que queda de legislatura. Más bien parece que a Larry Álvarez le apetecía llamar tránsfuga a Alejandro Díaz y ha buscado una excusa.

Otra rajada de Larry Álvarez
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