viernes. 19.04.2024

Estamos de acuerdo con los muchos lectores que se lanzaron a los foros de nuestro diario a defender el contenido de la noticia que publicó El País relativo a la necesidad de que cumplan la ley aquellos establecimientos alojativos que están al margen de ella. De hecho, fuimos nosotros, lo recuerdan los que nos siguen de nuestra anterior etapa profesional, los primeros en pedir que se parara con el desmadre de crecimiento que se padecía y que se vislumbraba. Ahora, lo que nosotros reclamamos es que no se quede la gente en ese importante detalle, vaya un poco más allá, y profundice en las consecuencias de lo publicado, y, lo que nos parece peor, en la intención de aquellos que suministran la información. Como ya saben aquellos que están pegados a la actualidad, después de la información de El País llegó la información de Canarias Ahora, un medio digital de Gran Canaria que respetamos pero que evidentemente no puede ser sospechoso de ser enemigo de los socialistas. Al contrario que el diario de tirada nacional, Canarias Ahora, con la firma de su director, Carlos Sosa, sí crea una noticia de una importante información. “Al menos once complejos turísticos ilegales radicados en la isla de Lanzarote ya se encuentran en fase voluntaria de ejecución de sentencia, situación previa a la tramitación de los correspondientes expedientes de demolición por parte de los ayuntamientos de Yaiza y Teguise, los denunciados, o por el Cabildo de la isla, el denunciante”, dice Sosa en su información, en la que añade que “el Tribunal Superior de Justicia de Canarias desestimó el pasado 4 de febrero siete recursos del Ayuntamiento de Yaiza en los que se solicitaba la nulidad de otras tantas sentencias que en su día revocaron licencias de construcción a complejos turísticos radicados en ese municipio lanzaroteño”. “Estos siete autos otorgan firmeza a esas sentencias y ordenan que se comunique al Ayuntamiento el inicio de la fase de ejecución de las mismas”. Bien, esto es una noticia importante, que requiere, lógicamente, de las habituales interpretaciones jurídicas.

Lo extraño del asunto es lo de siempre: ¿por qué un diario grancanario posee esta información que es lógico pensar que obra en poder de los servicios jurídicos del Cabildo lanzaroteño? Lo podemos imaginar. Otra filtración interesada. No tenemos pruebas, porque en la Primera Corporación insular, a la que llamamos a preguntar, nos dijeron lo de siempre: “la pericia de los periodistas de ese medio”. No dudamos de la pericia de nadie, pero conocemos perfectamente cómo funciona este negocio, y cómo algunos administran la información en fases, en capítulos. Es una historia muy conocida, por desgracia para algunos.

Según la información de Canarias Ahora, los nuevos autos, que se unen a los ya dictados anteriormente sobre otras cuatro sentencias, afectan a cinco complejos de apartamentos y a dos hoteles. En total, ya pueden iniciarse los trámites de demolición sobre 799 apartamentos o bungalows, entre los que se encuentra un complejo de 422 unidades en el Plan Parcial Costa Teguise y otro de 190 denominado Riu Playa Blanca. Pero también se han visto afectados por estos nuevos autos dos hoteles de cuatro estrellas, el Natura Palace, en el Plan Parcial Montaña Roja, con 466 camas, y el Gran Castillo, en Las Coloradas, con 394 camas.

La información es lo suficientemente importante, lo suficientemente grave, lo suficientemente contundente, que el Cabildo insular que preside la socialista Manuela Armas debería haber salido con una respuesta contundente, no haberse quedado a la espera de ver cuáles son las reacciones que se producen. Con esta actitud hace que se incrementen las sospechas sobre lo estratégico y planeado del asunto.

Por lo que se refiere a la información de El País, nos ratificamos en lo expuesto el día anterior, seguimos sin comprender qué se pretendía o que se buscaba por parte del diario al publicar un reportaje como el que este lunes ocupaba su portada impresa y era una de las noticias más destacadas en la edición digital. Nos referimos al reportaje sobre Lanzarote y sus muchos hoteles “ilegales”, sobre las posibilidades “reales” de derribo de muchos de ellos y sobre una investigación de la Udyco que les lleva a concluir, con un titular evidentemente tendencioso, que Lanzarote es “la nueva Marbella”. No es de extrañar el tremendo enfado que existe entre la clase empresarial, en las dos patronales del sector, tanto Asolan como Aetur. Eso sí, no habría estado mal que las dos patronales, en lugar de convocar a los medios para leer una nota de prensa, hubieran permitido las preguntas. Parecía como que querían ocultar algo, y estamos convencidos de que no era el caso. Queremos creer que fue un error de asesoramiento que provocó un lógico enfado en los medios. Tampoco es de extrañar el enfado que existe también en casi toda la clase política, casi toda menos el PSOE, que se supone que es quien sirve de fuente inspiradora para la información que firma Rafael Méndez. De hecho, el único nombre que aparece, además del de “Tato” (así llaman al ex concejal de Urbanismo de Yaiza), es del secretario de Organización del PSOE insular, Carlos Espino. La noticia no aporta nada nuevo, nada que no se sepa. Por eso, como periodistas, no entendemos realmente la razón de su publicación. Otra cosa distinta hubiera sido que aportara algún dato nuevo sobre las escuchas telefónicas que se hicieron a los alcaldes de Yaiza o de Teguise, que hablara sobre un informe que obra en su poder sobre la intención del Gobierno socialista de derribar determinados hoteles, que hiciera alusión a alguna sentencia firme sobre los asuntos vinculados con lo que aquí llamamos moratoria que fuera de carácter firme... El reportaje, que no es la primera vez que se publica en la prensa nacional en términos similares, no aporta nada que no se supiera. ¿Cuál es la razón de su publicación, a quién beneficia, a quién perjudica? ¿Es un refrito que se presenta en Semana Santa porque El País no tiene otra cosa de la que hablar? Sea como sea, el caso es bastante grave, y la reacción de nuestros representantes institucionales, si los hubiera o hubiese, debería ser contundente, tanto como comparar a esta Isla con Marbella. Y no decimos que no tengan razón en muchos aspectos de las insinuaciones. Lo que decimos es que hay que aportar datos y pruebas, no conjeturas.

¿A qué juega el Cabildo otra vez?
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