
“Nuestra idea era embotellar, no sólo el gofio sino la memoria”
“Hacemos el gofio con la misma tecnología que hace 150 años”
“Fuimos los pioneros en hacer la primera crema de millo del mundo”
“El encanto es venir al molino a comprar el gofio porque sólo con aparcar el coche ya te llegan los olores al tueste y a la molienda”
“La producción de gofio está en auge”
“Intentamos que el empaquetado que sea lo más ecológico y sostenible posible”

El responsable de Producción de Gofio La Molina, David Hidalgo, explicó en el programa “A Buena Hora” de Crónicas Radio que La Molina ha sido una forma de preservar la identidad de Lanzarote ante tanta influencia externa y lo ha hecho manteniendo una tradición que se remonta a 150 años. Hoy en día, La Molina es visitada por escolares y curiosos que han podido descubrir el molino más antiguo de Canarias, en el que se siguen manteniendo las formas de producción artesanales de siempre pero sin quedarse estancados en el pasado. Por ello, para su licor de millo, Puro Legado, están utilizando tecnologías más propias del perfume que de los licores. Como dice Hidalgo, todo canario se siente salitre, volcán y gofio y por ello, este gran producto alimenticio ha vuelto a conquistar el corazón de los conejeros.
- ¿Ha sido muy complicado mantener la producción y comercialización del gofio a lo largo de los años?
- Sí. El proyecto de La Molina es bastante complicado partiendo de la base de lo complicado que es conseguir el propio grano en la isla. Imagínense todo lo demás.
- ¿Por qué es tan complicado conseguir el grano en la isla?
- En nuestro caso, hay una parte que viene de Gran Canaria y otra que es lo que podemos recopilar de aquí.

- ¿Cómo es la producción actualmente?
- La producción está en auge. Ha habido una subida. También es verdad que son muchos años moviéndolo y parece que la gente cada vez es más consciente.
- Ustedes han hecho una recuperación de La Molina en San Bartolomé impresionante. Van, incluso, los escolares de la isla a verla y eso es una forma de recuperar parte de la historia.
- Claro, no se trata sólo de producir gofio sino que estamos en un edifico de 1874, que es el molino que está al lado; luego tenemos la molina, que es otra cosa diferente, aunque sea un molino también, pero son dos conceptos diferentes. Hay una cosa que siempre le digo a la gente que viene a vernos y es que Lanzarote está tan abierto al mundo que está perdiendo su identidad y lo que hace el molino es rescatar parte de esa identidad.

- ¿Han rescatado la parte artesanal de producir en la isla o han tenido que incorporar mucha tecnología?
- Lo hacemos con la misma tecnología que hace 150 años. La única diferencie es que en vez de un motor de gasolina que había antes, estamos usando un motor eléctrico pero quien viene a vernos o nos siga en nuestras redes, puede ver fotos antiguas que hemos rescatado y ver que todo sigue prácticamente igual que hace 150 años.
- Uno de los factores a destacar también es la paquetería tan bonita que utilizan.
- Intentamos que sea lo más ecológico y sostenible posible.
- ¿Dónde se puede comprar su gofio?
- Tienen que venir al molino. También está en los Spar pero el encanto es venir al molino porque sólo con aparcar el coche ya te llegan los olores al tueste y a la molienda. La gente que viene siempre se sorprende y nos dicen que no se lo esperaban.

- ¿Qué es Puro Legado?
- Fueron dos años de investigación y desarrollo y por eso estoy yo en La Molina. A mí no me gusta decir que acabé como molinero porque ese es un oficio que requiere muchos años pero sí como responsable de hacer el gofio, que al final, es lo que hago. Puro Legado surgió en pandemia. Intentamos buscar por qué no había una crema de gofio en Canarias y fuimos los pioneros en hacer la primera crema de millo del mundo.
- ¿Le está gustando a la gente esta crema?
- Sí. Es mi niña. Es una crema que está hecha con alta tecnología. Tuvimos que recurrir a técnicas que no se usaban en la licorería normal sino en perfumería. Es una superextracción crítica, que escomo una destilación pero en vez de a 70 grados a -80 grados; es decir, en frío y fue un reto desde el principio. Lo que produce es que sea una crema que evoluciona en copa como si fuera un buen destilado o un vino. Tienes que tratarla como eso y nuestra idea era embotellar, no sólo el gofio sino la memoria.
- Han hecho exhibiciones añadiendo productos como el sirope de café o la nuez moscada.
- Lo hemos llamado Puro Legado porque se ha mantenido en el tiempo ya que es algo prehispánico y ha soportado el peso de toda la gente que pasó por aquí y Legado porque todo canario se siente salitre, volcán y gofio. El gofio ya no es sólo un producto alimenticio sino que es un legado. En Canarias tenemos el típico barraquito y nosotros le llamamos “legadito” porque lo hacemos con Puro Legado.
- ¿Reciben ustedes ayudas o líneas de subvención o cree que se podría mejorar la atención que se le presta al gofio?
- Todo es mejorable. Al final, muchas veces no es un problema político sino burocrático. Nosotros acabamos de reformar el molino, que no funcionaba desde hace 130 años. Creo que ni siquiera don José María Gil llegó a conocer el molino funcionando y eso ha sido gracias a una subvención que hemos tenido y gracias a eso hemos descubierto que tenemos el molino más grande de Canarias porque son 4 plantas. Pensábamos que eran 3 y descubrimos una cuarta. Estamos bastante agradecidos porque gracias a eso, dentro de poquito el público va a poder disfrutar de ver cómo era el molino más grande de Canarias hace 150 años.

- ¿Tienen visitas guiadas?
- Sí. Ahora falta la segunda parte, las aspas, y va a ser impresionante.
- ¿Cómo descubrieron esa cuarta planta?
- Porque estaban todos los techos caídos y no había manera de interpretarlo hasta que llegaron los profesionales y se dieron cuenta de que había cuatro plantas.