jueves. 19.09.2024

El vino es saludable pero no se puede decir de forma oficial, al menos en la publicidad, porque Europa lo manda y la ministra de Sanidad española, Elena Slagado, no ha querido o no ha sabido rebatirlo. De nuevo, el vino en el punto de mira de la polémica. Resulta complicado entender que para combatir el alcoholismo juvenil, se prohíban los anuncios de esta bebida en las portadas y contraportadas de los diarios, teniendo en cuenta que por desgracia, los adolescentes no son precisamente grandes lectores de prensa diaria.

Alberto López es enólogo y cree que “el vino está considerado como un elemento muy positivo en el acompañamiento de las comidas en muchos países del mundo”. No entiende que esta sea la forma para prevenir el consumo desmesurado de alcohol por parte de los jóvenes y comenta su propia experiencia, ya que en su casa siempre se ha tomado, gracias a la tradición familiar, y no piensa que ello le haya condicionado a beber más o menos. Dice que el vino no es la sustancia que consumen habitualmente los jóvenes cuando salen de marcha.

En cuanto a la repercusión de esta medida, afirma que el sector del vino siempre ha sabido defenderse bien a través de cursos de cata o de maridaje con los alimentos y gracias a las escuelas de enología, la población tiene conocimientos muy precisos sobre los distintos caldos. Asegura que existen muchas revistas especializadas que han conseguido que los españoles tengan una amplia cultura en esta materia.

El enólogo se lamenta de que precisamente por parte de la población más joven se está perdiendo la costumbre de disfrutar del vino y ya no es habitual que las familias tomen un aperitivo en las casas o se deguste un vino dulce como postre.

López no entiende por qué está habiendo ahora esta campaña en contra de esta bebida y sin embargo, no se está haciendo con otras como la cerveza, aunque también aparece recogida en la nueva normativa. Recuerda que España es un país dedicado a la elaboración de vino y es un sector que no se atacar de esta manera.

Campañas publicitarias

Estos días está apareciendo en la televisión la campaña que está llevando a cabo el ministerio de Sanidad para prevenir el consumo de alcohol por parte de los jóvenes titulada “el alcohol daña tu cuerpo y tu cerebro: el alcohol te destroza por partida doble”. Alberto López no cree que el sector vitivinícola puede verse identificado por este tipo de anuncio, porque repite, el vino no es la sustancia que beben los chicos cuando salen de marcha. Dice que es verdad que el consumo abusivo de alcohol es malo para la salud pero que la gente que toma vino, suele hacerlo de forma moderada y así no resulta en absoluto nocivo, todo lo contrario.

“El vino puede considerarse la más saludable e higiénica de todas las bebidas” (Pasteur)

Juan Díaz es experto en nutrición y miembro de la Fundación para la Investigación del Vino y explica que los caldos son alimento y aunque parezca una perogrullada, eso significa que alimentan. Dice que, como todo, tiene sus beneficios y sus contraindicaciones y es evidente que un consumo excesivo puede provocar alcoholismo agudo, síndrome de abstinencia, cirrosis o neuropatía pero los efectos beneficiosos de dos copas de vino al día en las comidas son altísimos. Es un factor reductor del colesterol, es protector de la pared vascular, es un vasodilatador recomendado por los cardiólogos, es bactericida, antiviral, un antioxidante potente y previene del riesgo de cáncer.

Díaz insiste en los efectos saludables de tomar un buen caldo y menciona la llamada “paradoja francesa” ya que Francia es uno de los países en los que más grasa se consume y sin embargo tienen muy pocos problemas cardiovasculares porque toman vino tinto. De hecho, dice que la dieta mediterránea está basada en la triada compuesta por el aceite de oliva, el vino y el pescado. “Cuando se han llevado a cabo estudios sobre el aceite y el vino se ha descubierto que en la isla de Creta es donde más longevos hay”.

Para el experto en nutrición, la polémica desatada en torno al consumo del vino viene causada más por factores económicos que médicos.

Ya los primeros informes llevados a cabo por la Fundación para el Estudio de la Investigación del Vino (Fivin) hablan de que el vino hay que tomarlo lógicamente en su justa medida. Alude a estudios hechos en Chicago o en Dinamarca, donde se experimentó con 10.000 personas que consumían y que no consumían esta sustancia y se demostró que dos copas de vino tinto eran muy recomendables. Alude a la farmacopea clásica y recuerda que la base de todos los medicamentos era esta sustancia y que se les daba la Quina San Clemente a los niños enfermos que no comían para alimentarles.

Díaz piensa que la ministra Elena Salgado no está teniendo mucho criterio a la hora de establecer las medidas relacionadas con el vino. Comenta que “encima del problema que tenemos para vender vino, va y perjudica con estas cosas”.

En su opinión, costumbres como el poteo son buenísimas, cuando van acompañadas por el tapeo. Dice que “en el norte de Tenerife hay mucha costumbre y hasta tres cuartos de litro de vino se pueden tolerar siempre que se beba comiendo”.

Díaz aconseja que las mujeres tomen un poquito menos que los hombres y si para los señores lo adecuado es dos copas en las comidas, para las señoras con una es bastante.

En cuanto a la iniciación de los jóvenes en la tradición de comer vino en la mesa, dice que se puede hacer perfectamente a los 16 años y que tomen a ser posible, un vasito de tinto.

El pecado de “decir” que el vino es bueno para la salud
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