Mientras el presidente de Irlanda viaja a su costa, en un vuelo de Ryanair hacia Canarias, con su esposa, para pasar unos días, Sánchez y su familia se solazan en La Mareta, a costa nuestra, y llegan a Lanzarote en un Falcon de la Fuerza Aérea. He aquí dos formas de entender la política y de practicar la honradez. Además, Moncloa se ha encargado de filtrar imágenes de Pedro Sánchez luciendo pectorales. En medio de un gran cinismo, un narcisismo exacerbado y una caradura que raya lo inadmisible de la familia presidencial. Me contaba un amigo, no me acuerdo si parafraseando a Alfonso Guerra, que hay un peligro mayor que un hombre mediocre ambicioso; y es un mediocre ambicioso con una mujer ambiciosa. La influencia de Begoña Gómez en su marido parece que es muy notoria y algunos barones socialistas y otras gentes de buen vivir no dejan de comentar que la que realmente manda es ella. Pues qué bien, tenemos presidenta. Lo de los viajes presidenciales (incluso desplazó varios aviones del Ejército del Aire a Valladolid para trasladarse él y sus ministros, en vez de tomar el AVE) raya ya en el absurdo. Sánchez se ha creído, incluso accediendo al cargo por la vía de servicio, que es el rey del mambo. Almunia y Rubalcaba se tuvieron que ir, habiendo conseguido más de cien diputados; y este con setenta y pocos sigue ahí, retrasando unas elecciones que todo el mundo pide y armándola en Cataluña, negociando con sediciosos, rebeldes y terroristas y convirtiendo a España en unos zorros. Ya sé que no hay mal que dure mil años, pero es que mil años son muchos. Nos preside un cínico, un caradura que copia una tesis doctoral y no dimite, un irresponsable que entrega a Cataluña el dinero de toda España y un narciso luciendo pectorales en Lanzarote. Lo tiene todo el nota.
Publicado en el Diario de Avisos