A veces no calibramos muy bien cuál es la repercusión real de lo que aquí se publica y de lo que nuestros compañeros dicen en la radio. En su momento nos llegamos a creer aquel infame desprecio del ínclito Carlos Espino, el que se jactaba en los corrillos políticos en los que le reían las gracias de que este periódico lo leían seis personas. Nos consta que ya son bastantes más, aunque jamás lo vaya a reconocer este todopoderoso señor que ha sido capaz de meter a todos los integrantes del grupo de gobierno en un saco hipnótico del que parece que no son capaces de salir.
Pues bien, esto viene a cuento del interés que ha suscitado en no pocas personas, incluyendo cargos oficiales, que arrancáramos la semana hablando de la posibilidad bastante posible de que haya nuevo cambio de gobierno en Yaiza. Y entendemos que la gente que se va a ver afectada dio como bueno el análisis porque estaba basado en datos absolutamente contrastables, en cuestiones meramente objetivas. No es una especulación.
No nos extraña que determinadas personas y algún que otro personaje se preocupen ante esa posibilidad, que todavía no se ha concretado. Simplemente recordando cómo llegó el PIL a pactar con CC cualquiera se da cuenta de que se abrió una herida profunda que era difícil de cerrar. La herida sigue ahí, y ni los unos ni los otros han hecho nada para cerrarla. Más bien al contrario. La distancia en estos instantes entre el PIL y CC es más que evidente, y sólo un milagro político podría cambiar la dinámica actual, que va por otros derroteros, como les comentamos recientemente.
El ejemplo más claro lo vuelve a protagonizar la prensa de Gran Canaria, donde están bastante más nerviosos que algunos políticos de por aquí ante la posibilidad de que exista un movimiento de Nueva Canarias distinto al que pregona su actual máximo responsable, que no es otro que el en ocasiones desorientado Román Rodríguez. Este martes el diario Canarias Ahora, que ya saben que está dirigido por el ex jefe de prensa del PSOE Carlos Sosa, publicaba lo siguiente en su sección TOP SECRET:
“Conatos de incendio en el pacto NC-PSOE
Ya pueden Román Rodríguez y su fiel Pedro Quevedo desplegar todos sus encantos. Porque desde que se empeñaran en traicionar al PSOE en las elecciones de La Caja, no dejan de evidenciarse las fisuras propias de un pacto en el que la parte más débil se lo quiere comer todo. Incluso las papas. Román no pudo soportar que José Miguel Pérez le negara la única plaza de que dispone el Cabildo en el consejo de administración de la entidad, y se fue derechito a pactar con el PP, que se la entregó en bandeja. Ahora no para el presidente de NC de proclamar al mundo que todo va bien, renegar de Coalición Canaria y proclamarse progre de toda la vida. Pero los suyos han visto que se le pueden sacar los colmillos al PSOE y así hacen en Telde y en San Bartolomé, sin ir más lejos. Los críticos vuelven a elevar el tono de voz dentro de la joven formación”.
Además, como recordarán los lectores que siguen esto de la política, en este medio más que cercano al PSOE de Juan Fernando López Aguilar dieron por hecho que el Cabildo grancanario se iba a ver afectado por esta movida. ¿Ha provocado todo este asunto que en el PSOE se hayan puesto a caminar? Pues sí. ¿Tiene que ver algo todo esto con lo que pasa en Lanzarote? Pues también.
Que no olvide nadie que los nexos de unión entre el Partido Nacionalista de Lanzarote y Coalición Canaria son cada vez más férreos en la Isla, de forma inversamente proporcional a los del PIL y CC. Que no olvide nadie que en Yaiza sería bastante sencillo un cambio de gobierno.
¿Quiero decir con esto que nos alegre que algo así vaya a suceder? Pues no. Y no nos alegra ni entristece porque hace ya tiempo que nos dejó de preocupar lo que hagan los unos y los otros. Con su pan se lo coman. Lo único que nos preocupa es lo que le está pasando a este Lanzarote que languidece a pasos agigantados.
No hemos ocultado, eso sí, que para nosotros ha supuesto una decepción tremenda tanto en lo personal como en lo político el dúo conformado por los jóvenes abogados Gladys Acuña y Leonardo Rodríguez. Ambos acudían a esta casa cuando todavía no habían tocado poder con bastante frecuencia. Les interesaba dar leña a José Francisco Reyes y a su partido, y se despachaban a gusto en los medios de este grupo. Luego, cuando consiguieron su objetivo, siguieron el mismo camino que han seguido otros, se olvidaron de que esta casa existe.
Lo de Gladys nos duele bastante más, porque les aseguramos que teníamos un concepto muy elevado de ella. Teníamos la misma confianza que tuvimos en su día en Manuela Armas, lo que evidencia que antes de las pasadas elecciones locales no teníamos el ojo clínico demasiado afinado. Ahora sí lo tenemos, y ya no pasamos una a nadie. ¿Queremos decir con esto que Gladys está siendo igual de desastrosa que Manuela? Ni mucho menos. Es muy difícil llegar al nivel de papanatismo político de la socialista metida últimamente a “anticolonialista”. ¿Seguimos teniendo esperanzas en que Gladys pueda dar un cambio? Pocas, la verdad, aunque, como dice el refrán, nunca es tarde...
Eso sí, lo mismo cuando quiera reaccionar se encuentra con una sorpresa morrocotuda, tal vez por confiar en exceso en aquellos de los que jamás se tendría que haber fiado y olvidarse de gente que le aconsejaba sin pedir nada a cambio.
¿Ruidos de sable en el sur? Sí, hay ruidos de sable. ¿Llegarán a alguna parte? Ni lo sabemos ni nos importa.