martes. 06.05.2025

Por razones obvias (los autoproclamados intelectuales de la Isla dicen que este es un diario del populacho, de lo cual nos alegramos enormemente) estamos todos los años muy atentos a las murgas que actúan en Arrecife, a lo que hacen, a lo que dicen, a cómo visten durante su siempre exitoso paso por el Carnaval, que es la fiesta pagana en la que se da rienda suelta a todo el estrés que la mayoría llevamos dentro. Todos menos los políticos, sus enchufados y sus amigotes, los mismos que están viendo pasar la crisis desde un pedestal al que los demás no nos podemos ni asomar.

A veces, sobre todo cuando la moral flaquea, pensamos que predicamos en el desierto. Llegamos a creer en ocasiones que no sirve de nada tanto esfuerzo, que no sirve de nada tratar cada día de contar la realidad que pasa en Lanzarote (la realidad, no la versión edulcorada que ofrecen otros que se autoproclaman líderes no sabemos muy bien de qué), preparar a conciencia todos los asuntos que entendemos que conforman la actualidad de cada día. La verdad es que últimamente nos duran poco esos momentos de flaqueza. Siempre hay alguien que nos anima, que nos dice que lo estamos haciendo bien; siempre encuentras una palabra amable de un lector; siempre surge alguna cosa que te confirma que el mensaje no se pierde en el vacío...

Otro día te contamos, lector, hasta dónde alcanza realmente nuestro trabajo, el de los profesionales de esta santa y perseguida casa. Existen unas curiosas encuestas que algunos se empeñan en que no vean la luz que van a poner en serias dificultades a algunos mamelucos que presumen de lo que no son. De eso nos ocupamos otro día.

El caso, y no la casa, es que las murgas, que no son otra cosa que una amplia muestra de la representación ciudadana de Lanzarote, sirven como barómetro que mide el pulso de la actualidad informativa. Son ellos, los hombres y mujeres que se esfuerzan durante más de cinco meses para ponerse luego un disfraz, subirse a un escenario y cantar cuatro verdades a los políticos, los que determinan qué ha sido noticia y qué no.

Por eso nos llena de satisfacción comprobar que la mayoría de las letras de las canciones de este año han hecho especial hincapié en los asuntos sobre los que escribimos aquí a diario: la cesta de la compra, la crisis económica, el paro, la inmigración, los problemas de sanidad y, sobre todo, la terrible parálisis institucional que se padece con especial crudeza en el Cabildo de Lanzarote, el despilfarro económico y el casi irreparable daño que se está haciendo a la imagen de un lugar que nosotros amamos por encima de casi todas las cosas, incluso por encima de la insostenibilidad de Doña Manuela Armas.

No vamos a repetir ahora en este zurriagazo de fin de semana cómo describen los murgueros a la presidenta del Cabildo, a Doña Manuela, cómo se han quedado con su absurdo modo de concebir la política de la sostenibilidad por la sostenibilidad, del no hacer otra cosa que viajar a China a cuenta de todos nosotros y firmar a diestro y siniestro resoluciones de “a 30.000 euros” que sirven para pagar favores de Dios sabe qué índole; tampoco vamos a hacer sangre con las feroces críticas al amanuense diputado nacional Don Miguel González, al que dos murgas compararon con el macho de la cabra; no vamos a repetir cómo hablaron de Enrique Pérez y de su incapacidad para hacer que el Ayuntamiento capitalino enderece el rumbo; ni siquiera nos vamos a referir a la leña que le han dado al ínclito Carlos Espino, a quien, no sabemos por qué, le llamaron “cariñosamente” Picudo Rojo y le recordaron su origen “canarión” para que se mande a mudar de una vez por todas con sus peligrosas y sospechosas estrategias políticas; no vamos a referirnos tampoco al hecho indudable de que la mayoría hiciera referencia al despilfarro público como una de las mayores desvergüenzas de nuestros actuales gobernantes, o que algunas murgas recordaran la decepción que han supuesto las dos formaciones políticas que en teoría salieron triunfadoras de los últimos comicios locales... No lo vamos a hacer, porque usted, seguramente, ya lo habrá escuchado.

Nos habría gustado eso sí que hubieran tenido tiempo para recoger los últimos acontecimientos que estamos soportando, lo que pasó este jueves en el Cabildo insular, la historia del padre desesperado que fue “invitado” a abandonar el salón de sesiones que mantenemos todos con nuestros impuestos simplemente porque se le ocurrió increpar a los integrantes del grupo de desgobierno. Este señor cometió el delito de tener un hijo que es enfermo psíquico, un hijo que no puede ser atendido en un centro en condiciones porque nuestros políticos no son capaces de encontrar dinero para ayudar a que ADISLAN pueda ayudar a su vez a gente como él. ¡Qué vergüenza, qué personajes tenemos al frente de nuestro Cabildo! Nos cuesta creer que después del pleno no se acostaran algunos con un terrible remordimiento de conciencia, siendo conscientes de la ignominia que se está cometiendo en un lugar donde se despilfarra el dinero de todos los ciudadanos en lo que se está convirtiendo ya en la mayor mamandurria de la historia política de esta pequeña islita perdida en medio del Atlántico y sin gobierno conocido y por conocer. Menos mal que este padre, que ha amenazado como adelantaron nuestros compañeros en Crónicas con quemarse a lo bonzo si la cosa sigue así, no sabe que Doña Manuela Armas se va a gastar más de 31.000 euros de todos para que otra amiga suya, la que fuera parlamentaria socialista en su misma etapa Marlene Figueroa Martín, pase mejor esto de la crisis; menos mal que este padre desesperado no sabe que Doña Manuela se va a gastar miles de euros en la organización y el desarrollo de algo tan absurdo en estos momentos como son las II Jornadas sobre la Ilegalidad Territorial y Ambiental. Menos mal. ¿Qué habría dicho este padre ante el desprestigiado Pleno del Cabildo, qué habría hecho? Preferimos no pensarlo, y por prudencia, no escribirlo.

Con el concurso de murgas de este año nos reconciliamos nuevamente con nuestros vecinos, con los clientes de este invento que es la prensa. Entendemos que el discurso de cada día cala, y cala profundamente. No saben hasta qué punto nos reconforta, y nos ayuda a continuar con el trabajo que algunos trataron y siguen tratando de cercenar.

Tenemos que dar las gracias a una murga en particular, a la de los chicos que conforman la familia de los Tabletuos. Lo hacemos porque tuvieron el detalle de nombrar al director de esta casa y decano de la prensa de Lanzarote, Agustín Acosta, en una de sus letras, en una canción que en teoría, porque este comentario se escribió antes del evento, volvería a salir en la final que se celebra este viernes. Les damos las gracias porque creemos que, siendo como son bastante jóvenes la mayoría, reflejaron algo que es una realidad que percibimos desde siempre, que la gente del campo escucha a Agustín todas las mañanas. La que le escuchaba en su letra es una abuela que responde al nombre de Rogelia, que vive en Los Valles... Hay otras abuelas que también le escuchan en otros rincones de la Isla, pero también hay abuelos, hay padres, hay tíos, y hay, porque lo sabemos y porque lo dicen esas encuestas de las que ya les hablaremos, mucha gente joven... Gracias a todos porque le dan a él y nos dan a nosotros el impulso para seguir cada día. E insistimos, pensamos seguir por mucho tiempo, le moleste o le agrade a algunos, le siente mal o bien a otros. Y lo haremos sin tener que doblar la rodilla o agachar la cabeza. ¿Está claro?

LAS MURGAS Y EL INCIDENTE DEL CABILDO
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