sábado. 03.05.2025

Hay gente que dice que la tenemos tomada con Espino. Es al revés: Espino la tiene tomada con nosotros, y con todos los que amamos Lanzarote. ¿Cómo se puede permanecer quieto y callado cuando este señor suelta por la boca un disparate tras otro? El último, a la altura casi del genio político de Miguel González (ese diputado nacional que dice que los asuntos caseros de Lanzarote llevados al hemiciclo de la Carrera de San Jerónimo “degradan la actividad parlamentaria”), tiene que ver con ese encargo periodístico por la módica cantidad de 31.500 euros a una empresa que se dedica -ya les advertimos que no era una segunda oleada de audiencias por el tipo de empresa que se había contratado- a rastrear los medios, a husmear en lo que se dice o se escribe en los pocos medios que todavía sobreviven en Lanzarote. Este señor, que además de responsable de los Centros Turísticos es secretario de Des-organización del PSOE y consejero de la Presidencia del Cabildo, es decir, el responsable del Departamento de Prensa, justificó este martes el encargo en cuestión afirmando que se trata de “una herramienta de enorme utilidad, en un mercado informativo cada vez más amplio y ante una sociedad con un papel decisorio creciente”. ¿De enorme utilidad para quién, señor Espino, qué tipo de información es la que busca, qué pretende conseguir, qué saben sus socios de gobierno de esta historia, qué hace su Gabinete de Prensa?

Pero esto no es lo mejor del comunicado del señor Espino. Lo mejor viene cuando suelta lo siguiente: "Conocer la realidad, siempre subjetiva, que ofrecen los medios a la ciudadanía, la opinión que vierten los periodistas y la respuesta que esta visión puede tener en la opinión pública, es fundamental para revisar y realizar el necesario autocontrol de la gestión pública”. ¿Se han dado cuenta de que inicia la frase con un conocer la realidad “siempre subjetiva” que ofrecen los medios? Sí, este señor se pasa los principios básicos de la información veraz, rigurosa y objetiva por el arco del triunfo. Asegura, sin ponerse colorado, o “rojo”, que no hay un solo medio en la Isla que ofrezca información que no sea subjetiva. Independientemente de la línea editorial de cada medio, que evidentemente la hay, existen infinidad de informaciones que se publican cada día que están muy alejadas de la subjetividad que este extraño socialista define. ¿Qué tiene de subjetiva, por poner un ejemplo, la información sobre el estudio de la juventud presentado este martes por Manuel Cabrera, qué tiene de subjetiva la información sobre los datos del paro, qué tiene de subjetiva la información sobre la ocupación turística? Como él no entiende lo que es la objetividad distributiva, se piensa que no existe. Pues sí, señor Espino, existe objetividad informativa.

Este superconsejero, que algunos creen que es quien realmente manda en el Cabildo y le dice cada día a Doña Manuela lo que tiene que hacer o deshacer, en qué medio tiene que salir y cómo, insiste en “la importancia informativa” adquirida por Lanzarote en los últimos años, que ha generado una mayor demanda de comunicación, declaraciones y datos relacionados con el trabajo del Cabildo. En eso sí que le damos la razón. Con sus declaraciones a diarios como El País comparando Lanzarote con Marbella o con los reportajes que se han publicado en la misma línea en medio mundo se ha generado una mayor demanda de comunicación. Eso lo ha clavado, señor Espino. Sin olvidarnos del viaje a China de Doña Manuela, cuyo resultado todavía no conocemos porque la presidenta no ha tenido tiempo de explicarnos los logros obtenidos en sus dos semanas de duro trabajo.

No dudamos de la utilidad de este servicio, y mucho menos del prestigio de la empresa que lo realiza. Ahora bien. Lo que sí que ponemos en duda es que gastos de este tipo estén justificados en una institución que acaba de pedir vía resolución presidencial un crédito de 6 millones de euros porque está asfixiada, la misma institución que no ha recibido el canon de los Centros Turísticos que este consejero socialista también dirige y que les exige a sus trabajadores que se aprieten el cinturón. Es evidente que el dinero que no es de uno no duele. A ellos, mientras les ingresen a primeros de mes el generoso sueldo que se subieron como primera medida de gestión todo lo demás les importa bien poco. Así nos va.

LA JUSTIFICACIÓN DEL CHEQUEO DE LOS MEDIOS
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