Nos cuentan nuestros ojos y oídos en el Ayuntamiento de Arrecife que a pesar de la aparente calma que se respira, estamos ante el preludio de un par de buenas tempestades. Y no nos referimos al tema de las inestabilidades de gobierno, que también, hablamos de la última carajera interna entre los representantes del Partido de Independientes de Lanzarote (PIL), o lo que queda de ellos teniendo en cuenta lo que pasó con Emilia Perdomo.
Según estas mismas fuentes, la propia Emilia Perdomo vuelve a ser protagonista de la actualidad informativa, por un episodio que se parece mucho al lío de los espionajes en Cataluña y lo que se va sabiendo de las actividades de la agencia Método 3. Enfadada y de malas pulgas fue recientemente a ver a su amigo el alcalde, Manuel Fajardo Feo, para quejarse de algo de lo que cree que está siendo víctima. Nos dicen que el encuentro se produjo en casa del responsable de la institución, y que allí la ahora concejal de eso tan feo que se llama “los no adscritos” -querían poner proscritos, pero no les salió bien la cosa a los redactores de la cosa política- se quejó amargamente de estar siendo víctima de una especie de espionaje interno, procedente seguramente de sus antiguos compañeros del PIL.
Al parecer, Perdomo quiere que se investigue a una serie de investigadores que han estado haciendo pesquisas en la institución con el mayor grado de desgobierno del universo y parte del extranjero, dos antiguos compañeros que han estado haciendo preguntas indiscretas en el departamento que llevó cuando gobernó en paz y armonía con Cándido Reguera y compañía, el de Servicios Sociales. ¿Qué buscan los preguntadores del PIL?, se preguntaba Emilia. Desde luego, nada bueno. Seguramente sospechan que indagando en la gestión de Emilia Perdomo pueden hallar algo que clarifique alguna de las dudas que tienen.
No hay que olvidar que Emilia, además de ser el Plan B de nacionalistas y socialistas que Alternativa Ciudadana no quiso ver cuando todo el mundo lo veía, es fundamental en el desarrollo de alguna de las piezas del caso Unión, como el conocido caso de las facturas de Francisco Rodríguez Batllori. ¿Y qué le dijo el alcalde de Arrecife en esa supuesta reunión mantenida en su casa? Pues no lo sabemos con detalle, pero nos lo imaginamos. Algo así como que el Ayuntamiento está colapsado, y que bastante tiene con trajinar el día a día como para ponerse a descubrir si hay dos agentes secretos del PIL a los que se les ha encargado buscar trapos sucios de Emilia Perdomo. Lo malo de la historia es que parece que uno de ellos es funcionario, y ahí radica la queja principal de la concejal no adscrita, el averiguar si determinados funcionarios pueden hacer determinadas indagaciones en horario de trabajo.
Si no fuera porque estamos en una situación tremendamente delicada, la verdad es que nos tomaríamos a chufla lo que pasa en la política de este país, mucho más si los asuntos tienen que ver con el Ayuntamiento de la capital de Lanzarote. Mientras los unos espían a los otros, los otros espían a los unos, y los de más allá se vigilan con el único objetivo de conservar el sillón, la ciudad y sus barrios están como están, hechos una pena, penita, pena…
Y a todas estas, ¿qué opina la actual dirección de Coalición Canaria (CC) de su alcalde en Arrecife, repetirá Don Manuel en alguna lista, terminará su mandato en las actuales circunstancias? Seguro que cualquiera que lea esto conoce las respuestas, son bastante obvias.
