Igual que en el mundo político hay meteduras de pata prácticamente a diario, en el mundo empresarial también las ha habido. La hubo el día en el que salieron los empresarios hoteleros solicitando una especie de amnistía del Cabildo, y la ha habido más recientemente cuando han sido estos mismos empresarios los que han apoyado a aquellos que únicamente buscan su destrucción. En fin, así son algunos que se creen más listos que nadie. Sin embargo, echábamos en falta una reacción empresarial en el tema de los hoteles ahora que el Cabildo por fin ha puesto las cartas sobre la mesa. Aunque sea parcial, ésta se ha producido. Ha sido con la rueda de prensa que ofreció este jueves en la sede de Horinsa su consejero delegado, Francisco Armas, que no hacía las veces de presidente de la Asociación de Empresarios de Hoteles y Apartamentos de Lanzarote (ASOLAN). Lo que ha hecho el presidente de la patronal alojativa, aunque haya sido para hablar exclusivamente del caso del hotel Meliá Volcán, es exactamente lo que tendrían que hacer los demás. No entendemos el silencio que se ha producido después de la cantidad de sandeces que han dicho en el Cabildo, en especial su desaparecida presidenta, Doña Manuela (o Mela) Armas, y el ínclito consejero Carlos Espino, el cual, por cierto, nos cuentan que tuvo sus más y sus menos en una tele local con algunos invitados a cuenta del hijo que tiene estudiando en Nueva York con una beca; beca, dicho sea de paso, que debe salir del bolsillo de todos los ciudadanos, los mismos que le pagan a este señor una cantidad mensual que se acerca al millón de pesetas. Ya saben, la mujer del César no sólo debe ser honrada, también debería parecerlo. A nosotros esto de la beca nos preocupa relativamente, porque él y su partido sabrán si es ético que un político profesional que cobra lo que él cobra solicite una beca para un hijo. Lo que nos preocupa es lo del empresariado. Tanto Espino como Doña Mela se han dedicado a poner al empresariado turístico a parir en todos los foros a los que han acudido, diciendo auténticas barbaridades como que habían construido sin licencia, invadiendo viales y en medio de plazas públicas como si fuera la generalidad, sin especificar exactamente quiénes eran los que habían hecho esto y quiénes simplemente no tenían el establecimiento adaptado al PIOT del 91 o a la revisión del 98. Este silencio nos empezaba a parecer culpable. Por eso estamos satisfechos con la valentía que demostró este jueves en la sede de su empresa Francisco Armas, que exhibió ante los medios la documentación que demuestra que el informe del Cabildo sobre los establecimientos alojativos también contiene errores. Errores de bulto, en el caso del hotel Meliá Volcán. No se trata ahora de volver a la guerra en la que algunos medios han participado sin recato en función de sus particulares intereses. Nosotros aquí siempre hemos estado del lado de la legalidad, como lo estuvimos en su día cuando apoyamos la idea de Enrique Pérez Parrilla de intentar contener el crecimiento que se nos venía encima. Ahora, también estamos del lado de la verdad, y la verdad no es precisamente como la pinta el ínclito Espino, que suelta en un pleno aquello de que hay que justificar el impago del canon de los Centros Turísticos con una serie de obras y una serie de comilonas y no pasa nada, que compara Lanzarote con Marbella y no pasa nada, que firma en contra de un informe del Cabildo un acuerdo con la empresa Yudaya para que pueda construir saltándose la programación del futuro PIOT y no pasa nada... Todos los empresarios afectados, al menos aquellos que no tengan nada que ocultar, deberían hacer lo que ha hecho el presidente de Asolan, dar un paso al frente y exponer su visión del asunto. También hay ciudadanos en Lanzarote a los que nos interesa escucharles. Después, cuando los unos hayan dicho lo suyo y los otros lo de más allá, será cuando habrá que sentarse alrededor de una mesa para tomar decisiones. Eso si en el Cabildo deciden de una vez por todas qué quieren hacer.
EMPIEZAN A HABLAR LOS EMPRESARIOS
20 de noviembre de 2008, 15:25