Sentimos mucho tener que aparecer un día más en esta isla sin gobierno conocido, como diría nuestro compañero Miguel Ángel de León, hablando de los múltiples desatinos de Doña Manuela Armas, la que dicen algunos que es la presidenta del Cabildo de Lanzarote. Y lo hacemos para analizar con cierto sosiego y bastante detalle la información que adelantaron nuestros compañeros este martes en Agustín Acosta Radio sobre el gasto que realmente le ha supuesto a todos los lanzaroteños su cuestionado y cuestionable viaje a China: nada menos que 7.000 euros, céntimo arriba céntimo abajo. Eso sólo en hoteles y desplazamiento, porque no se incluyen las dietas que los políticos cobran cuando se van fuera del país, que están estipuladas, si no estamos mal informados, en cerca de 200 euros diarios. Esperamos y deseamos, porque es casi imposible que lo averigüemos, que no se los ingresaran a Doña Manuela en el ya de por sí abultado sueldo de diciembre. Si es así, tendríamos que añadir a los 7.000 euros otros 3.000 euros más.
Y es que, como veníamos sospechando, finalmente se ha desvelado uno de los secretos mejor guardados: sí, la presidenta del Cabildo no viajó a China gratis como algunos ingenuos pensaban.
El día que adelantamos la noticia ya nos centramos en lo que realmente importaba, que no era precisamente lo destacado de su presencia allí para ofrecerle a los chinos su vasta experiencia en los temas relacionados con la vulcanología, las doce horas de vuelo, el reducido séquito que le acompañaba, los potingues que había metido en su bolso y esas cosas... Lo importante fue entonces y sigue siendo ahora la falta de transparencia del Cabildo, el hermetismo con el que se llevó el asunto. De no ser por medios como el nuestro probablemente habrían colado de tapadillo el asunto. Total, para lo que hace la presidenta en el Cabildo, dos semanas de ausencia ni se habrían notado. Pero no era un tema para ocultar. En un momento de terrible crisis económica la sospecha de que la irresponsable del Cabildo se pegaba un viajecito de dos semanas a China nos chirrió los oídos y las entrañas.
La oposición llevaba tiempo quejándose, y no les faltaba razón, de que Doña Manuela se ha convertido en una demócrata de boquilla. Es decir, que se llena la boca hablando de democracia y participación pero luego practica bien poco. Por no cumplir no cumple con el requisito básico de cualquier político que no tiene nada que ocultar de entregar la documentación que se le solicita en tiempo y forma. Y eso es lo que pasó con el viaje a China, que quisieron ocultarlo.
En todo momento cuestionamos este viaje, desde que nos enteramos de que había intención de que la reina de la sostenibilidad se desplazara al país más insostenible del planeta. Criticamos este viaje y lo volvemos a hacer ahora por varias razones: la primera y fundamental, porque no entendemos qué pintaba Doña Manuela en un lugar tan remoto, qué iba a hacer dos semanas allí cuando había tantas cosas que hacer aquí. Nos parece formidable que su Gabinete de Prensa tratara de justificar que era importantísimo que la presidenta visitara el Instituto Sismológico de Wuhan, que fuera a Hubei para llevar acabo “posibles” acuerdos de ciencia y desarrollo... Ahora, que no justifiquen lo injustificable. Eso mismo, en estos tiempos de tremenda crisis (y esto no es demagogia, es una realidad), lo podrían haber hecho los técnicos por videoconferencia, o a través de Internet, que es mucho más barato. Pero no, Doña Manuela se tenía que desplazar a China para ser ella la autora de las visitas oficiales. ¿Por qué razón? Sólo ella lo sabe.
Para que se den cuenta de que no íbamos tan desencaminados en su día cuando dimos la noticia, rescatamos hoy lo que publicamos en esta misma sección sobre lo que intuíamos que podía costar el viajecito de marras:
“Hemos podido enterarnos, más o menos, de que hay una agencia de viajes de Lanzarote que es la que ha vendido los pasajes. En la agencia en cuestión no nos han querido confirmar ni desmentir el dato, con lo que tendremos que esperar a que la a veces dormida oposición del Cabildo pregunte en tiempo y forma por la cuestión para saber si los costosos billetes salieron de aquí. En el Cabildo tampoco aclaran mucho. Ya saben que en la escueta nota de prensa lo único que se dice sobre el dinero es que “la administración oriental atenderá los gastos de la delegación lanzaroteña durante su estancia en aquel país”. Repetimos, “los gastos durante su estancia en aquel país”. De esto, entendemos nosotros que se refieren exclusivamente a los gastos del día a día durante las dos semanas, alguna que otra comida, los desplazamientos en guagua y esas cosas. Como es una especulación pura y dura, insistimos que fruto de que no se nos facilita más información al respecto, hemos investigado un poco más para aventurarnos en los posibles gastos no incluidos en la generosidad de la, como dice el Gabinete de Prensa del Cabildo, la “administración oriental”.
El cuadro que hemos obtenido consultando a diferentes agencias de viaje y a distintos profesionales del sector es el siguiente:
Si Doña Manuela (o Mela) y su séquito se han pagado los billetes de avión, o sea, si los hemos tenido que pagar los lanzaroteños, la cosa podría haber costado, saliendo este domingo en el vuelo de Air China que partió de Barajas, lo siguiente:
- Vuelo en Clase Preferente, 5.400 euros por persona.
- Vuelo en Clase Turista, 1.800 euros por persona.
- Vuelo pagado por los chinos, cero euros.
Todo apunta, si se han pagado los billetes como sospechamos que se han pagado, a que han volado en clase preferente. Doña Manuela (o Mela) no merece menos. Lo sabremos cuando se ofrezca la información real del tema. (Aquí nos detenemos en el recuerdo de lo que adelantamos en su día para subrayar que, efectivamente, viajó en clase preferente, pagando la diferencia del billete de su bolsillo porque, según dijo muy ufana ella, “me lo puedo permitir”) Volvemos al relato de los hechos.
Consultando a los mismos expertos, hemos establecido una media razonable de lo que puede costar un hotel de cinco o cuatro estrellas en los lugares en los que se va a hospedar la expedición que lidera nuestra intrépida presidenta. Es la siguiente:
- Hotel de 5 Estrellas en las ciudades de la visita, 420 euros por persona y día.
- Hotel de 4 Estrellas en las ciudades de la visita, 260 euros por persona y día.
- Hotel pagado por los chinos, cero euros.
A todo esto, como se imaginarán, habrá que unir las dietas que se facturarán por cada día, porque los políticos y las dietas (no nos referimos a las de adelgazamiento) son algo así como las monjas y sus hábitos: lo uno no va sin lo otro”.
Bien, esto es lo que dijimos en esta misma sección de este mismo diario el lunes siguiente a su partida rumbo al Lejano Oriente. ¿Nos equivocamos? Pues no, para nuestra desgracia acertamos plenamente, porque es exactamente lo que se ha facturado en el Cabildo, a falta de comprobar el tema de las dietas.
Después de atender a la lectura del aluvión de mensajes que llegaron ayer a nuestro periódico, parece obvio que casi todo el mundo coincide en lo inapropiado del viaje de Doña Manuela a China, incluyendo a algunos que la defienden con la boca chica en determinados foros y la ponen a parir con la boca grande en determinados ambientes. La gente está escandalizada, y no es para menos. Hay que recordar, por poner algunos ejemplos, que Doña Manuela se perdió durante sus vacaciones pagadas (perdón, quisimos decir durante su viaje oficial) la reunión del Consejo de Administración de la Autoridad Portuaria, perdiendo así la generosa dieta que cobra y perdiendo sobre todo la oportunidad de reclamar al señor Sánchez Simón lo que en justicia le corresponde a nuestro olvidado puerto. Pero a ella las necesidades del puerto y las del pueblo de Lanzarote parecen traerle sin cuidado. Donde esté un buen sorbo de sostenibilidad que se quiten todos esos líos. También, como saben, se perdió un importantísimo encuentro de la Federación Canaria de Islas, la FECAI, en el que, nada más y nada menos, se abordó un asunto tan vital para Lanzarote como es el tema de la Ley de Medidas Urgentes y el futuro territorial del Archipiélago. Pero fíjense hasta qué punto llega la desidia de Doña Manuela y su grupo que mientras su partido y los cabildos de La Gomera, El Hierro y Gran Canaria pidieron la retirada de la Ley, ellos estaban a verlas venir. Lo más llamativo del caso es que el presidente del Cabildo de Gran Canaria, José Miguel Pérez, que es de su mismo partido (al menos que nosotros sepamos si es que Doña Mela no se ha hecho comunista de repente en China), se ausentó del encuentro mantenido en el Parlamento regional pero envió un acuerdo plenario de su corporación en el que se solicita la retirada de la medida que defiende Berriel. Es decir, sabía que iba a faltar a la cita pero antes hizo los deberes. ¿Qué hizo Doña Manuela (o Mela)? Pues qué va a hacer: regresar de la China Popular y soltarnos un sainete en contra de la Ley de Medidas Urgentes cuando no fue capaz de defender la postura de sus compañeros. Eso fue, entre otras muchas cosas, lo que se perdió.
Eso sí, antes de marcharse a China de turismo (perdón otra vez, quisimos decir de visita oficial de trabajo), dejó firmadas varias resoluciones. ¿Lo recuerdan? Nos referimos a la que tiene que ver con la petición de un crédito de 6 millones de euros -¡nada!, una cantidad pequeña que viene a paliar el no ingreso de los 5 millones del canon de los Centros Turísticos, más otro millón extra para gastos “corrientes” y alguna que otra “gratificación”-, la del servicio de “Asistencia técnica en materia de organización y recursos humanos para el Cabildo” y, especialmente, la del “servicio”, que no “estudio”, de “seguimiento de medios informativos y análisis de medios”. Estas dos últimas, ya lo saben, dentro del “todo a 30.000 que tan popular ha hecho este grupo de gobierno”.
Echamos en falta, eso sí, que alguien, o la propia Doña Mela Polo -que saben que es muy aficionada a escribir todo tipo de cartapacios-, nos relatase en su día sus aventuras por el lejano oriente. Fue imposible, porque ya saben que esta demócrata del carajo metida a defensora del “anticolonialismo” se cogió un empute de tres pares de narices porque a los desvergonzados medios que no le ríen las gracias se les ocurrió preguntar por el viajecito. Fue un acto bochornoso de soberbia, que terminó, lo recuerdan, con aquel anuncio de que redactaría un informe en el que contaría “lo que me dé la gana”. Citamos palabras textuales.
Y claro que tenía que informar, como tendría que haber informado en esa misma rueda de prensa del dineral que se había gastado, y no obligar a la oposición a sacárselo a regañadientes. No hay que olvidar que su viaje tenía carácter oficial, y, por tanto, tenía la obligación de informar de cuantas actividades realizase allí representando a todos los lanzaroteños. Si el viaje hubiera sido privado, si hubiera sido un viaje de placer pagado de su bolsillo, no diríamos ni pío, seríamos los primeros en preservar la intimidad de Doña Manuela (o Mela). Pero no fue así.
Esta mujer pasará a la historia por sus múltiples despropósitos, y este es uno de ellos. Tenemos una presidenta de Cabildo que ha salido más viajera que el baúl de la Piquer. Eso no estaría mal si los viajes que se pega sirvieran para algo más que para lucir modelito en cada uno de los territorios que visita. Esta kamikaze, que acaba de descubrir a su edad lo que significa ser ecologista y protectora del no urbanismo (¿hacía lo mismo cuando era alcaldesa de Arrecife y militaba en las filas de Coalición Canaria?), parece empeñada en dirigirse a toda prisa y sin frenos hacia un acantilado o risco político. Lo malo es que de seguir así nos va a arrastrar a todos con ella.