La conmemoración del tercer año del fallecimiento de Jesús Soto, mano derecha de César Manrique, llevó el jueves 4 de mayo a numerosas personalidades a rendirle un emocionado homenaje.
El cementerio de San Román de Arrecife fue el lugar elegido para rememorar su muerte. Los allí congregados fueron numerosas figuras del mundo de la política y del turismo de la Isla. Entre los presentes se encontraban la presidenta del Cabildo, Inés Rojas, quién depositó un ramo de flores en su tumba; el consejero de los Centros de Arte, Cultura y Turismo del Cabildo, Pedro San Ginés, y el gerente y los representantes del Comité de Empresa de los Centros. Tampoco faltaron familiares del conmemorado y numerosas personalidades del mundo de la sociedad lanzaroteña.
Fructífera carrera
Jesús Soto nació en Fuerteventura en 1929. Cuando era muy joven se trasladó a Lanzarote y creó su propia empresa de iluminación. Su buen hacer hizo que el Cabildo lo tuviera en nómina el resto de su vida como maestro artístico. El genio se instaló definitivamente en la Isla, contrajo matrimonio y tuvo ocho hijas. Hasta sus últimos días estuvo viviendo en el Parque las Salinas, zona emblemática de la capital, testigo de sus idas y venidas en el transcurso de sus muy fructífera carrera. En el año 2002 fue elegido Hijo Adoptivo, falleciendo un año más tarde a consecuencia de una larga enfermedad
Una vida dedicada a Lanzarote
Entre las obras de las que Jesús Soto formó parte se encuentran: el Mirador del Río: empresa llevada a cabo con total genialidad, obra emblemática de Lanzarote, del cual también formaron parte el arquitecto Eduardo Cáceres en colaboración con César Manrique. Se consideró a esta construcción natural, en aquella época, como una de las creaciones arquitectónicas de mayor importancia en el mundo. La realización de esta obra fue complicada al tener que llevarse a cabo una labor de ocultamiento e integración con el medio de la roca; el Monumento al Campesino: para la realización de este monumento, tanto César Manrique como Jesús Soto, concibieron que lo mejor sería contar con tanques de agua de antiguos barcos pesqueros que serían colocados encima de una roca. Esta creación fue llamada en un principio Monumento a la Fecundidad.
La Cueva de los Verdes
Pero lo que le catapultó a la fama consagrándolo como artista, ha sido, sin lugar a dudas, la adaptación que en 1964 hizo Soto de la Cueva de los Verdes. Diseñó su acondicionamiento interior, iluminó un recorrido de cerca de dos kilómetros de longitud y le dio luz y color a las paredes, convirtiendo a su auditorio en el lugar elegido para celebrar el Festival de Música Visual de Lanzarote. Según los entendidos, el auditorio de la Cueva de los Verdes es el lugar donde existe mejor audición de la Tierra, de hecho, el guitarrista Mark Knopfler, líder de Dire Straits, lo tiene entre uno de sus lugares favoritos.