jueves. 28.03.2024

Antonio Guerra León

Con la moratoria hemos topado y como gran frontón, no del gusto de todos, lleno de agujeros y contradicciones muy difíciles de soslayar, sufre una vez más los embates dialécticos y de los otros de toda clase de gentes, políticos cesantes, en activo, empresarios, funcionarios, ex funcionarios y toda clase de tropa de diferente calaña y condición. Además de los salvapatrias de turno y firmes defensores de los valores conejeros, y de su historia reciente, y hasta aborigen si nos apuran, que esperan siempre agazapados en sus incapacidades y despistes administrativos, por decirlo suavemente, para rasgarse las vestiduras y ponerse ceniza en la frente en señal de penitencia y enojo permanente al ver aireadas las inmundicias inmobiliarias que nos azotan, como si esto fuera novedad, hay que ser bobos...

Y es que, desde la lejanía de la cual escribimos, no entendemos cómo los buenos lanzaroteños no están orgullosos, aunque sea por una vez, de entidades tan importantes de esa tierra como su Cabildo Insular o la Fundación César Manrique, promotores de esta investigación que ha publicado con toda clase de datos y señales el prestigioso diario El País, y que no le ha gustado a muchos “elementos”, y menos todavía a varios alcaldes o ex alcaldes y otras autoridades y entidades que tuvieron y tienen, seguramente, alguna presunta culpa en tantos desafueros inmobiliarios y ambientales, y menos que comparen a la isla, con la tan traída y llevada en estos años ciudad de Marbella de triste recuerdo. ¡Viva Cartagena!

Y es que al diario madrileño se le quiere llevar al paredón por publicar todas estas noticias en sus páginas, volvemos a repetir, que todos conocíamos de alguna forma, y que sólo ese periódico en un trabajo excelente ha reunido y puesto en orden tal y como es su sagrado deber de llevar información a todos sus lectores que son legión.

Respecto de que los turistas puedan anular estancias y otras barbaridades por el estilo por la citada noticia, por lo menos nos da algo de risa. (Sin más, Marbella está a tope en esta Semana Santa.) Primero, porque no vemos a los turistas leyendo periódicos españoles todos los días a la hora del desayuno, y, segundo, porque también queda mucha tela por cortar, pues por desgracia la Justicia es lenta y complicada en su aplicación, como todos hemos podido comprobar en múltiples ocasiones, por ejemplo en el caso de sentencias firmes y de tribunales muy superiores, que todavía siguen recurridas y atrabancadas por esos juzgados del diablo sin que nadie meta mano, y eso que son firmes y muy firmes.

Así que menos lamentaciones, que ocultan casi siempre oscuros intereses, y felicitar a los promotores de esas demandas por tener la valentía, en un sitio tan complicado políticamente como Lanzarote, de defender la legalidad vigente. A ver si cunde el ejemplo. No solo se educa bien a los hijos diciendo siempre sí mi niño, alguna veces también hay que decir no, como forma de buscar lo mejor para los críos, aunque nos duela. Hasta Pronto.

Falsos patriotas
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