jueves. 18.04.2024

Por Martino

Érase que se era, allá por los tiempos de Maricastaña o Marichalar, tanto monta, una bella ciudad dejada de la mano de Dios y sus políticos... No, no se me vayan lejos, ni a Raigón ni a Tegucigalpa, se trata de Arrecife, ciudad sin ley...urbanística, una perla del Atlántico seducida y abandonada desde la noche de los tiempos por la inoperancia política.

Un buen día, de un año de gracia, excepto para el “Argana Centro”, socialistas de toda la vida y nacionalistas de hace diez minutos, vulgo PSC y PIL, enamorados hasta las trancas y pletóricos de testosterona, grabaron un corazón en un árbol de la vía medular , declarando así su amor eterno en la salud y en la enfermedad para sacar a la prole ciudadana del abandono secular y amén.

Sapos, culebras nenúfares, ranas y demás familia de la “charca” política, juntaron sus votos, si juntan sus cuerpos estaría peor visto, y se unieron hasta que la muerte o COALICIÓN CANARIA los separe. Bueno, la muerte, COALICIÓN, la disparidad de criterios, la desidia, la molicie, pero nunca la ideología porque, pese a múltiples experimentos en sesudas universidades, incluida la UNED, no se ha conseguido demostrar su existencia.

“Pasaron a prisa los azules años cuando íbamos todos detrás de un balón y unas faldas...” No, que eso es de mi primo el SABINA. Pasaron días, incluso meses, cuando un paparazzi anunciaba en el “Hola” que el matrimonio PSC-PIL hacía más aguas que INALSA. El vínculo no se consumó ni hubo preñez alguna, o uno de los grupos era estéril, de espermatozoides vagos, o el otro tomaba la píldora del día después. Resultaba evidente la fragilidad de un pacto, más que repetido, contra natura, y los ciudadanos comprobaron con sus propios ojos o lentillas que Arrecife no mejoraba, que seguía oliendo fatal en los aledaños de la calle Portugal, que resultaba más fácil intentar aparcar en Fuerteventura y volver en ferry, que dirigentes poco diligentes y oposición se perdían divagando y en discusiones barrocas acerca de planes generales con intereses subyacentes y caprichos varios.

Tal que así la cosa, un día, en vuelo chárter , con todo incluido y pulserita en la muñeca, llegó de Dinamarca un tal HANS CHRISTIAN ANDERSEN, como BIBI ANDERSEN, quien al ver tan efímera la unión arrecifeña entre PIL y PSC, escribió “ EL PACTITO FEO”. No desesperen que pronto sacarán la película que se proyectará en todos los “CISNES” del mundo y espero que no me quiten la “s”.

El Pactito Feo
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