La entrada a esta cavidad se realiza a través de un jameo vertical de unos 10 metros de altura, con una pendiente de 45 grados. La actuación que se está desarrollando en este espacio, es el acondicionamiento del acceso y la sustitución de una antigua reja existente en la entrada de esta cavidad por una reja metálica en hierro negro de unos 35 metros cuadrados, "con el fin de conservar esta importante estructura volcánica, preservar su fauna invertebrada y evitar el acceso incontrolado, inseguro y peligroso de las personas a la misma".
De igual forma, la consejera espera también que "en el futuro, se pueda compatibilizar la realización de actividades turísticas y/o visitas a esta zona protegida, siempre y cuando se soliciten las mismas y se cumpla con las finalidades de conservación y sus normas".
Esta acción se incluye dentro del programa de conservación diseñado para conseguir los objetivos de las Normas de Conservación del Monumento Natural de la Corona que estable entre las mismas "las acciones de restauración y protección del órgano gestor con la señalización, mantenimiento y vallado de elementos patrimoniales, arqueológicos y etnográficos". Parámetros que también han sido recogidos en los informes del Servicio de Patrimonio Histórico del Cabildo de Lanzarote.
Por último, Mónica Álvarez informa que "tal y como se ha venido realizando hasta la fecha y al objeto mencionado, las universidades, centros docentes o entidades de investigación, estudio y conservación, así como otras de carácter turístico y fines didácticos que requieran acceder al tubo volcánico, deberán cursar los permisos y autorizaciones pertinentes en el Servicio de Medio Ambiente del Cabildo de Lanzarote".