Domingo García, trabajador del servicio de handling del aeropuerto de Lanzarote, ha denunciado en Cope Lanzarote que algunas grandes compañías están trayendo a personal de fuera de la isla para vigilar y presionar a los trabajadores de tierra de Guacimeta.
En el programa “A Buena hora” contó que “parecen guardias que están vigilando constantemente para ver si estás haciendo bien tu trabajo”. Afirma que son personas que no tienen nada que ver con la base de Lanzarote y que están allí con el consentimiento de AENA ya que las compañías pueden pedir permiso para dejarles pasar a esa zona restringida pero que lo absurdo de la situación es que a ellos sí se les deja pero cuando un trabajador que está en huelga quiere ir a ver a los compañeros tiene que ir obligatoriamente con un miembro del aeropuerto y un responsable de seguridad. Sin embargo, continua, estas personas que son desconocidas en el recinto y que van sólo con un chaleco y un plaquita, no está controladas por nadie. “Una parte muy importante de la problemática que ha llevado a la huelga es de AENA porque trata a los aeropuertos como una caja de caudales que sólo buscan la recaudación”, dice.
García deja claro que los trabajadores que están en huelga no están pidiendo un aumento de sueldo sino que se les respete los derechos adquiridos en el convenio. “Cada vez que una empresa entra en el aeropuerto, AENA se desentiende de los derechos de los operarios y dice que es un problema entre la compañía y su personal, cuando debería ser garante de esos derechos, como propietario de las instalaciones”, dice.
Es más, comenta que “no es normal que se haya consentido que estas semanas atrás vengan dos o tres mil turistas a la isla; se bajen a la terminal pero su equipaje se vuelva al país de origen porque no se ha descargado debido a la falta de personal”. Matiza que “no es porque la gente no esté trabajando porque ya he comentado que se les está vigilando; simplemente, no hay suficiente mano de obra”.
Han sido unos cuantos los aviones que se marcharon de Lanzarote con el equipaje en las bodegas ya que los pilotos no se pueden quedar a esperar a que descarguen las maletas y ni se bajan las maletas que llegan ni se cargan las de salida. “Los turistas se tiran toda la semana en Lanzarote sin el equipaje que se llega a acumular en un cuarto días”. Dice que se han llegado a agrupar hasta 1.000 maletas en un día que no se han entregado; lo que supone muchísimos retrasos y “curiosamente siendo el turismo nuestro mayor recurso, parece que no le preocupa a nadie”.
“En una fiesta de pueblo hay un conflicto con los ventorrilleros y se reúne el presidente del Cabildo, los consejeros, el senador y el parlamentario pero aunque es verdad que desde el Cabildo han intentado mediar, no se ejerce la presión política necesaria” asegura y lamenta que María Dolores Corujo, que es la alcaldesa del municipio en el que está asentado el aeropuerto y parlamentaria, no se haya preocupado por este asunto. Tampoco el senador, Joel Delgado, ha ejercido esa presión necesaria, dice, cuando debería haberse dirigido al gobierno en funciones para que se pusiera en contacto con el director del aeropuerto y el ministerio de Fomento solvente los problemas que puedan surgir.
La previsión, según su criterio, es que la gente va a seguir trabajando pero lo hará a reglamento, es decir, que “si tengo que mover cuatro maletas, muevo cuatro y no voy a intentar mover ocho para sacar el trabajo adelante”. Esto supondrá retrasos cada vez mayores pero explica que para que eso no suceda, lo que tendrá que ocurrir es que las compañías contraten más personal y refuercen las medidas de seguridad. “El problema es que no se ve por parte de la empresa ningún interés y sólo se han molestado en enviar a un abogado, que sabrá mucho de derecho, pero no tenía ni idea de lo que pasaba en el aeropuerto”, lamenta. “Fue un requisito obligatorio ante la llamada de Inspección de Trabajo pero parece que se están riendo de nosotros”, concluye.