1.- Que dice mi amigo Jesús Fernández , y tiene más razón que un santo, que las jodidas cabras del mago, que no respeta nada, se están comiendo la Isla. Este país se ha convertido en tan sin ley que al mago no le importa que lo denuncien: las cabras se meten en la propiedad privada y se comen todo lo que ven, ya sean jardines, ya sean viveros, ya sea lo que sea. ¿Por qué no les echan de comer en los corrales o en zonas acotadas? Está bien que Isaac Valencia ejerza de mago, pero, coño, que no se pase porque las cabras se van a comer La Orotava entera. Y el que avisa no es traidor. Me lo comenta Jesús en la casa de Sergio Canino , donde nos comimos unas empanadillas espectaculares, buenos quesos (de cabra, criadas con flores de los jardines, qué putada) y un salmorejo que estaba para chuparse los dedos. No digo nada del exquisito postre que me tuvo a dieta el fin de semana. Alguien me preguntó que por qué yo apenas hablo de política en esta sección. Pues porque la política me aburre mucho y sé que algunos lo hacen mejor que yo. Desde que soy mayor me gusta más el vacilón y la gastronomía con los amigos, para luego contarlo y que otros se jodan. En realidad, mis numerosos enemigos (muy a mi pesar) lo que tienen es envidia de que viva tan bien con tan poco dinero.
2.- En la fiesta de Canino terminé haciendo de d.j. con las miles de músicas que guarda el anfitrión en su casa de Guajara. Guillermo Garrote me regaló un pito, de esos que se usan cuando el capitán entra en los barcos de la Marina de Guerra. Ya lo toco del diez. Supongo que, en términos militares, ese silbato tiene un nombre, pero yo lo ignoro. Algún lector de la Armada podría aclarármelo, que seguro que lo hará. Es precioso: dorado, con dos anclas en ambos lados del tambor que filtra ese sonido tan característico. Ahora lo hago sonar y mi perra, "Mini" , se me pone a dos patas. Igual encuentro una forma de financiar mi vejez, yendo con "Mini" y el pito por la calle del Castillo. Y también me regaló Garrote, sabedor de mis aficiones a lo Diógenes , unas cajas de fósforos, años 50, con una bonita estampa del puerto de Santa Cruz y propaganda de mi amigo Pe dro "El Pibe" , el último cambullonero.
3.- Si alguien sabe dónde puedo comprar una máquina de escribir portátil, nueva, china o española, da igual, aquí tienen mi e-mail, al final del artículo. Tengo que encontrarla porque el otro día soñé con una de ellas y la echo de menos. Las que he tenido se me han ido en todas las mudanzas de mi vida. Esto parece "El Baúl", ustedes perdonen, pero creo que me he vuelto majareta -de gusto- después de saborear la empanadilla de Sergio Canino. Vaya cosa buena, Dios.
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