2 de mayo de 2007, 16:03
Mi primera Parker 51 fue una herencia de mi abuelo. Ahora me ha dado por recuperar aquellas reliquias de los años 50/60. Cuando me doy cuenta, tengo un montón de ellas. La belleza de aquellas piezas me transporta a un tiempo ya no recuperable. Mi examen de ingreso, mi primera novia. Y todo porque en el mercadillo bonaerense de San Telmo recuperé mi memoria a través de una Parker 51. Dios las bendiga.
Andrés Chaves