miércoles. 14.05.2025

1.- En Italia han condenado a seis años de cárcel a unos científicos que no fueron capaces de predecir un terremoto y de avisar a la gente que la tierra iba a temblar. Imagínense a qué grado de disparate ha llegado la justicia. De aquí en adelante, nadie querrá ser científico, sino juez. Los jueces están a salvo de que los cuestionen por no predecir los terremotos que causan algunas de sus sentencias. Yo creo que el mundo anda disparatado, pero después de conocer decisiones judiciales como ésta me pregunto qué es lo que ha pasado por la cabeza de esos magistrados, que no han titubeado en mandar a la cárcel a unos volcanólogos que no fueron capaces de detectar un terremoto que causó treinta muertos, hace un par de años, en una ciudad italiana. Han picado y han hecho caso al populacho sublevado. Como si los científicos fueran el guaguana de la tribu y supieran que la tierra se va a mover meneando su bastón con sonajero y cabezas reducidas colgando de él, o pegando la oreja al piso y escuchando el temblor que viene. Yo estoy acojonado porque a lo peor mañana se les ocurre condenar a los periodistas por escribir mal. Desde luego, le harían un favor a la profesión librándola de tanto canchanchán, analfabeto y mentecato, colados de rondones en los medios de comunicación sin haber sido capaces de formarse mínimamente.

2.- Claro que no todos los jueces son iguales, gracias a Dios. Para magistrado sensato, Emilio Calatayud , juez de menores de Granada. Anteayer lo escuché en la COPE. Dijo que parece mentira que el ordenamiento jurídico español contemple que una menor pueda consentir relaciones sexuales con un mayor de edad, a los 13 años, y que para declarar ante un juez tenga que ir acompañada de sus padres. Y que ni siquiera, a esos 13 años, sea responsable penal si cometiera un delito. Calatayud señaló la impotencia de los padres con sus hijos cuando los progenitores son acosados por éstos. Prácticamente no tienen defensa. Ya fue condenada una madre por darle un cogotazo a uno de sus hijos. ¿Qué será de este chico en el futuro? O las leyes sobre menores son una mierda y es preciso cambiarlas, o los jueces no están en sus cabales. Con sus honrosas excepciones.

3.- Para terminar con el caos, me repatea el estómago que una jauría de gamberros atente contra la libertad de los legítimos representantes de la soberanía popular. ¿Pero qué coño es eso de rodear el Congreso y acosar e insultar a los diputados? Que las fuerzas de seguridad, sin que paguen los inocentes, por supuesto, disuelvan a estos tipos y los manden a sus casas, aunque sea con mangueras de agua. Yo estoy harto de la algarada, de las patadas a los escaparates, de los vuelcos de contenedores, del derribo de las vallas y de los insultos y las banderas. ¿No dice la ley que no se puede uno manifestar ante las cámaras legislativas? Pues que se aplique.

achaves@radioranilla.com

La justicia se ha vuelto completamente loca
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