viernes. 29.03.2024

El ingenio del escritor Eduardo Galeano no tiene límites. Tuve la suerte de conocerlo en Cartagena de Indias durante la celebración de una de las ediciones del Festival Internacional de Cine de esta hermosa ciudad del Caribe colombiano, a la que asistió en calidad de jurado. A Galeano no le tiembla ni la voz ni la pluma para decir lo que le da la gana, quizá por ello algunos lo tachan de comunista. ¿Palabra diabólica?. El ‘demócrata' Álvaro Uribe Vélez, reelegido presidente de Colombia, llamó comunistas disfrazados a estudiantes universitarios que en un coloquio se atrevieron a discrepar de sus ideas. Retomo la mención a Eduardo Galeano para referirme a una profesión que, tal y como va el mundo, en breve será ofertada por los centros de educación superior: titulación de pobrólogo. El creador uruguayo dice en uno de sus artículos que cada vez son más frecuentes las personas que se dedican a estudiar la tipología, los gustos y las necesidades de los pobres, que son mayoría en el planeta. El pobre, como el comunista, se está convirtiendo en sinónimo de rechazo. La alarma de la intolerancia activada por líderes políticos, ONGs y religiones no es ni mucho menos falsa. Un comunicador preguntaba afanosamente esta semana a un médico que trabaja con inmigrantes sobre el riesgo de contagio de enfermedades que corre la población española, a tenor de la llegada masiva de extranjeros africanos en situación irregular. El galeno informó que el 95 por ciento de los españoles cumple a rajatabla el calendario de vacunas, así que el peligro es mínimo. El médico aprovechó brillantemente la oportunidad de expresarse en un programa de emisión nacional e hizo un llamamiento a vacunarnos para combatir la exclusión social. Esta epidemia es la mayor amenaza de los pobres. El doctor no tiene la verborrea de Eduardo Galeano, pero su discurso simple coincide con las palabras del escritor. Todo hay que decirlo, así como hay quienes critican a Galeano por su permanente oratoria reivindicativa, otros agradecen las lecciones de dignidad y hasta lo aplauden por exteriorizar el orgullo de ser latinoamericano.

Pobrólogos
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