Dice que no le gustan los títulos, así que es solo Francisco José. Sin embargo, por haber sido locutor, presentador y uno de los más entusiastas colaboradores con el folclore insular, no deja de recibir homenajes. Le cuesta recibirlos pero es consciente de que la gente le quiere mucho. Esta noche recibirá este galardón en el Centro Sociocultural Santiago el Mayor de Tahíche a las 21:30 horas, porque si hay algo de lo que podemos estar seguros es de que el acto comenzará puntual con él. Unas horas antes, sacó un ratito para acercarse hasta el programa “La Mañana de Lanzarote” de Crónicas Radio – Cadena Cope para hablar de premios y sobre todo, de sentimientos.
“No presenté los carnavales simplemente porque el concejal no quiso contar conmigo”
“Si yo hubiera tenido un manager, hoy estaría forrado de dinero pero lo que a mí me gusta es ayudar”
“Yo lo de la foto con la gente lo llevo muy mal porque me da vergüenza”
- Este viernes se celebra el X Festival por el 15 Aniversario de la Agrupación Folclórica Guagime y dentro del programa está el reconocimiento a Francisco José Navarro, locutor, presentador y amante de las tradiciones. ¿Es así como hay que presentarte?
- No, no me gusta. Yo prefiero que pongan solo Francisco José.
- ¿Por qué?
- Porque cuando voy a cualquier sitio y me preguntan cómo me presentan, siempre digo que Francisco José. Tampoco me gusta que cuando colaboro con alguna agrupación, en los carteles pongan que lo presento yo. A mí no me gusta ir con tarjetitas y con títulos.
- ¿Nunca has tenido con tarjetas de visita?
- No. Yo prefiero ir a lo basto y apuntar las cosas en un papel. Yo le dije a Carmen María, que fue quien hizo el cartel, que con el nombre era suficiente.
- ¿Cómo te enteraste de que te iban a hacer este reconocimiento?
- Me llamó Carmen María y como siempre me dice mi mujer, mi primer pronto fue decir que no. Fue ella la que me dijo que tenía que complacer a la gente y dejar que haga las cosas porque les sale hacerlo. Cuando Carmen María me fue explicando los motivos, ya lo entendí y entonces dije que sí. Si a ellos les hace ilusión, yo no quiero ponerme negativo.
- ¿Es por pudor?
- A mí siempre me ha gustado echar una mano. Si yo hubiera tenido un manager, hoy estaría forrado de dinero pero lo que a mí me gusta es ayudar. Llevo desde el año 72 haciendo estas cosas. Me gusta más cuando me cogen por sorpresa. No sabría decir por qué me cuesta tanto aceptar estas cosas. Igual que acepto que me den una ropa en su momento pero cuando me dicen que tengo que ir a un sitio, me escaqueo y no voy.
- ¿No se quita la timidez para esas cosas después de tanto tiempo?
- No. Para esas cosas soy muy tímido. Yo soy otro cuando nadie me ve o cuando estoy en el escenario porque es mi trabajo, pero cuando las cosas son de tú a tú cambio. Me pongo colorado como un tomate cuando me dicen cosas bonitas o me gastan una broma. Yo lo de la foto con la gente lo llevo muy mal porque me da vergüenza. Si cuando voy a un acto, no puedo llegar lo más cerca posible del camerino y tengo que ir por la calle con el traje y la corbata lo paso mal y en el escenario, quiero el micro a un lado y que haya que caminar lo menos posible.
- ¿Todavía te pones nervioso?
- Durante el día no pero cuando ya estás allí, mucho. Yo estudio mucho en mi casa pero cuando lo digo en el escenario, termino hablando mucho menos. Una vez que presentas al primer grupo, ya te vas relajando. Siempre le comento a la gente de las agrupaciones que ellos son muchos pero que yo salgo solo y toda la atención recae en mí. Soy el que tiene que romper el hielo. Cada acto es volver a empezar. Otra cosa que me impacta mucho es tener a la familia delante. En el pregón de Las Nieves me quedé sin voz, bebía agua y se escuchaba cómo tragaba. Tenía allí a mi mujer, mi familia y fue una mala pasada. Quería romper y no salía.
- Pero a la gente también le gusta ver que el que está en el escenario se emociona y se le rompe la voz…
- Yo no sé si a la gente le gusta pero yo lo pasé fatal. Yo no sé dónde se pondrán esta noche. Lo bueno de los focos es que no ves a la gente. Las primeras veces con ese cañón, yo pensaba que iba a tener que ponerme gafas de sol.
- ¿Aparte de la puntualidad, ¿tienes alguna manía?
- Ninguna. A mí me da igual el color de calcetines que llevo. Lo único que me gusta es ir con la ropa adecuada para cada acto.
- Menudo fondo de armario tendrás…
- Yo por suerte siempre he contado con Modas Tito. Si no, habría sido imposible tener tanta ropa.
- ¿Recuerdas el primer acto que presentaste?
- Sí. En Altavista, mi barrio. Todavía no estaba formada la asociación de vecinos o faltaba el local o algo y los actos se hacían en solares. Mi cuñado José formaba parte del grupo juvenil y como yo ya estaba en la radio, me comentó que podía hacerlo. Era una especie de imitación de cantantes en plan de humor. También estaba el párroco que hacía cuentos con los niños.
- ¿Cómo te ha influido que ahora todo se retransmita por la tele?
- Eso es algo que me dice todo el mundo, que con lo bromista que soy, cuando va a la tele soy más soso. Es que no puedo salirme del guión porque después te ponen 25 veces en la tele. Soy una imagen de más serio. Yo me corto mucho porque te vas a echar una orinada por la noche y ahí estoy otra vez en la tele. Que lo podían poner un par de veces pero no, lo ponen 14. Con la tele además, perdí el anonimato. Antes era conocido por la familia y los amigos y la gente que me oía en la radio. Yo iba a la calle Real y me daba cuenta de que la gente me conocía por la voz pero luego ya empecé a ser mucho más conocido. Empecé a presentar cosas y ya no pude parar la cadena.
- Has presentado todos los grandes eventos de la isla…¿Cuándo hay que cobrar un trabajo y cuándo no?
- Yo no voy a cobrar a una agrupación folclórica que se las ve y se las desea pero si es una institución y hay dinero para los demás, yo también cobro. Por eso, luego tienen detalles conmigo.
- ¿Qué pasó estos carnavales?
- Simplemente que el concejal no quiso contar conmigo. Yo no pregunto. Si me llaman, voy pero si no, no pregunto.
- ¿Cómo viviste que todas las murgas te tuvieran tan presente?
- Me emocionó muchísimo. No lo vi pero los presidentes de las murgas tienen mi teléfono y me bombardearon para preguntarme qué pasaba. Me hizo sentirme muy querido y eso que yo siempre he sentido el cariño de la gente.