Ya hemos sostenido en alguna ocasión -lo manteníamos en el artículo editorial de la edición anterior- que a poco que apriete a los miembros de los Servicios Jurídicos del Cabildo que se dedican a filtrar de forma ignominiosa y arbitraria “primicias informativas” en forma de sentencia, Inés Rojas va a seguir subiendo como la espuma. Y no lo decimos ahora, ya lo advertimos hace mucho tiempo, cuando la mayoría no conocía la valía de una concejal de Tinajo que lleva muchos años fajándose en la política y pateándose las calles de su Lanzarote para conocer cada uno de sus problemas. El trabajo de campo ya lo tenía hecho. Cuando lo dijimos se produjo el asombro del Rey del Vinagre y de su corte de mariachis, sin olvidarnos del tremendo pánico que salpicó la sinsustancia del Chorrillo. Por cierto, y no nos referimos a Doña Inés y a sus últimos aciertos, que el Chorrillo más pronto que tarde va a emprender la cuesta abajo y sin frenos. Nos dicen que hay alguien cercano a su círculo político que le va a descubrir la vida, obra y milagros que todavía le mantienen en espléndidos nidos de prosperidad económica. Aunque la prosperidad “crematística” implica también el conocimiento por parte de todo el mundo de su verdadera personalidad, nada ejemplar a fe nuestra.
