Roquito sigue bastante pachucho, no mejora su salud. Nos cuentan los que le conocen que anda el hombre con los ánimos por los suelos. No es para menos, después de que se descubriera que le han crecido las manos hasta el punto de romper la lona del circo. Y no es de extrañar que Roquito esté tan mal, porque teniendo como asesores a gente como Elvis el Rockero. En estos momentos podemos asegurar sin riesgo a equivocarnos que ni los suyos le soportan. Es más, es muy posible que alguna “angélica” compañera, como ya adelantamos en la edición anterior, emprenda el vuelo pronto hacia otro nido, algo que, repetimos, se producirá muy pronto. Ah, se nos olvidaba, que nos han contado lenguas de doble y triple filo que Elvis sigue haciendo de las suyas. Ahora le ha dado por la disciplina a lo militar, tipo legionario. Así, a todo aquel que ha enchufado en alguno de los puestos por donde han circulado sus muchas influencias le exige obediencia ciega. Dice dónde y cuándo deben estar, y al que no responde a la llamada del general se lo cepilla (con perdón).
