Poca gente podría sospechar que con lo mucho que hay en juego, con lo mucho sobre todo que se juegan ellos, tuviéramos una precampaña tan anodina como ha sido la actual para elegir a nuestros representantes en las administraciones locales y en la autonómica. Los que confiaban en que la cosa mejoraría en la campaña se han confundido, porque estamos probablemente ante una de las campañas menos vistosas de las que se recuerdan en el saturado disco duro de la anestesiada colectividad. No sirve como excusa eso de la cercanía de las elecciones generales, porque esas fueron tanto o más aburridas que las actuales. La fiesta de la democracia, que es como se definía antiguamente a las citas de este tipo, se ha convertido en un auténtico funeral. Y no sólo por las restricciones de todo tipo impuestas por culpa de la maldita corrupción que lo asoló todo; también por la falta de ganas y de imaginación de aquellos que tienen la misión en estos días de vender un producto que ya casi nadie compra. Mucha pasividad en la brega es lo que hay.
¿A quién beneficia esto? Indudablemente a los que tienen más minutos de gloria en los medios de comunicación y a los que ya van con los deberes hechos. A nadie le extrañará que haya alcaldes que consoliden mayorías absolutas y políticos ya con mando en plaza que amarren puestos; no se barruntan grandes cambios en nuestras instituciones. De hecho, las últimas encuestas que se están haciendo, según sabe bien este confidencial, marcan algo bastante claro, que no va a haber grandes sorpresas. También marcan, y esto es preocupante, que la abstención crece notablemente con respecto a las recientes elecciones generales. Hasta cierto punto es lógico: muchas personas están decepcionadas por el resultado de las anteriores votaciones y otras muchas en lugares como Canarias ni siquiera se plantean ir a votar porque no cuentan con el arraigo suficiente para sentir la necesidad de inclinarse por fulano o por mengano a la hora de determinar quién quieren que les controle si las farolas tienen bombillas o les arregle un bordillo de su calle.
¿Queremos decir con esta afirmación basada en los sondeos que siguen haciendo aquellos que tienen perras y que tanto les gusta gastarlas en preguntar a la gente que no se va a producir ningún cambio? No, no lo queremos decir, porque no lo sabemos. Todo dependerá de numerosos factores, pero principalmente de que la abstención no sea tan grande como la que se prevé inicialmente. Si va mucha más gente a votar que en las anteriores elecciones locales, habrá cambios, y alguno sonado. Si no, los cambios serán mínimos, pero serán.
La gran incógnita en Lanzarote sigue siendo Arrecife. El Partido Socialista (PSOE), ahora sí totalmente dominado por Carlos Espino –ya adelantamos en este confidencial que finalmente se haría con el control de la campaña y volvería el sectarismo de siempre, ese que determina que los medios no afines son directamente el enemigo- se ha marcado una estrategia general que podría ser la buena pero que es poco saludable, la de esconder a sus candidatos del mundanal ruido confiando en que el tirón de la marca sea suficiente para mejorar los malos resultados que les dan todos los sondeos. Especialmente sangrante son los casos de Arrecife y Tías, donde a Eva de Anta y a José Juan Cruz les han metido dentro de una cueva, han construido una enorme puerta de piedra y han echado la llave para que no se les ocurra sacar la cabecita en estos días inciertos. Como se imaginará el despierto lector, los dos afectados han aceptado sin rechistar la consigna. No les verán mucho en estos días ni en los medios afines ni en los desafines. Nos consta que hay muchos socialistas que no lo entienden, como nos consta, como ya dejamos escrito en el anterior confidencial, que muchos están esperando a Dolores Corujo a la vuelta de la esquina y en función de los resultados se la montarán o no a partir de junio. Dentro de Arrecife también. La gente normal y sensata no entiende la estrategia de esconder a Eva de Anta. De hecho, antes de que dimitiera Ana Curbelo como jefa de campaña la idea era la contraria, era la de hacer algo parecido a lo que está haciendo su principal rival, Astrid Pérez. La presidenta del Partido Popular (PP) ha puesto toda la carne en el asador. En su segundo intento de ser alcaldesa de la ciudad ha lanzado importantes y contundentes propuestas: resolver inmediatamente los problemas de las bolsas de suelo conflictivas como el Islote del Francés, aprobar el Plan General de forma inmediata, abrir la Avenida al tráfico, crear una nueva Ciudad Deportiva… Astrid Pérez es probablemente y a pesar de lo mucho que ha tenido que pelear contra los suyos, especialmente durante la dictatorial etapa de José Manuel Soria, una de las políticas mejor valoradas en la Isla y alguien que genera confianza en el electorado. Ahora, todo indica que en el mejor escenario posible para el PP no tendrá concejales suficientes para tener una mayoría holgada con la que cerrar un pacto rápido y efectivo. La tercera opción con posibilidades reales de hacerse con la preciada Alcaldía según determinan también los sondeos y según apunta el sentido común es la de Echedey Eugenio, el hombre que viene avalado por su gestión en Teguise y en el Cabildo y que trata de vender una realidad, que la mano dura impuesta por su jefe en la Primera Corporación insular, Pedro San Ginés, será la mano dura que se emplee en una institución que necesita abandonar los terroríficos vaivenes políticos de estos últimos cuatro años, en los que el PSOE fue capaz de hacer dimitir a su alcalde, José Montelongo, montar unas primarias a su alcaldesa, permitir que varios concejales remaran constantemente en el sentido opuesto al que marcaba la teórica líder y defenestrar finalmente a todos aquellos que participaron en una conjura en la que también tuvieron mucho que ver los que ahora disimulan y han establecido como genial estrategia ocultar a De Anta. Curiosamente, esos mismos que poco o nada hicieron para que ganara las primarias son los que han abducido a la alcaldesa para que crea que la van a llevar a ganar en la capital. Eugenio, como Pérez, está haciendo una intensa campaña. Fue el que la inició antes y es probablemente el que cuenta con mayores recursos, tanto humanos como económicos. Coalición Canaria (CC) es hoy por hoy la maquinaria política mejor engrasada de Lanzarote y en parte están haciendo que se note. Es lógico. ¿Será suficiente para que los vecinos del municipio que más ayuda necesita confíen en él? No se sabe, pero como mínimo lo está intentando, saliéndose incluso del camino que marcan otros con declaraciones como las que ha hecho esta semana en Crónicas Radio que no han pasado desapercibidas ni para el gran ni para el pequeño público. Mientras San Ginés, con más motivos que nadie para establecer líneas rojas sobre formaciones como el PSOE y Podemos, era incapaz de marcar vetos a posibles pactos tras las elecciones, Eugenio fue rotundo este miércoles al afirmar que jamás levantará la mano para hacer alcaldesa a Eva de Anta. Ahí quedó eso. Mató dos pájaros de un tiro: rompió la estrategia de los que querían que el electorado viera el peligro de que CC volviera a pactar con el PSOE y mandó un recado a los suyos, un recado de independencia sobre el presidente del Cabildo, dejando muy claro que esta vez el destino político de los nacionalistas en la capital no va a estar ligado al de la Primera Corporación insular. El presidente del Cabildo se ha puesto posteriormente en contacto con este diario para expresar su total apoyo a la idea expresada por Eugenio, y para decir que espera que la organización la respalde, que no exista un solo concejal nacionalista que pueda apoyar un Gobierno presidido por la actual responsable de la capital.
En el siguiente confidencial, el de la próxima semana, analizaremos el resto de municipios, con cosas muy curiosas como la escasa relevancia pública que están teniendo muchas formaciones políticas que son incapaces de mandar una nota de prensa para explicar lo que van a hacer, los nervios que tiene Jesús Machín en Tinajo tras la irrupción del Movimiento Renovador de su amigo/enemigo Antonio Morales y las reacciones que se han producido tras el sorprendente ejercicio de autocrítica pública de Pancho Hernández al pedir disculpas a este medio y a la población mundial por el estúpido, injusto e injustificado veto que estableció durante dos años y medio por razones que ya ni recuerda el regidor sureño. Hay mucho más, muchísimo más que está por venir.
Y a todas estas, y sin que tenga nada que ver con lo anterior, ¿en qué anda metido ahora el Lobo con Piel de Lobo? ¿Estará el hombre de los múltiples conflictos conspirando en la sombra con el ex ministro? Vaya historias que llegan a este confidencial. Esta última es de las buenas, y bastante escandalosa, por cierto.