miércoles. 11.06.2025

El pasado jueves por la noche el periodista Francisco Pomares, que se gasta una mala leche de narices pero que es uno de esos profesionales que no pasa precisamente inadvertido, dijo en el programa 59 Segundos de Televisión Española refiriéndose a Domingo González Arroyo que es una persona a la que al nacer le rompieron el molde. Vamos, que no hay dos como él. Pomares lo dijo con la idea de reflejar que como político es cuanto menos peculiar, tal vez para resaltar los aspectos negativos del personaje. Domingo González Arroyo, como otros grandes personajes de la política y de la prensa de Canarias, es alguien que no tiene molde. Dicho de otro modo, tiene genio y figura que llevará hasta la sepultura. Y con esto no queremos decir que sea un santo, lo que queremos decir es que es un político atípico, raro en estos días. ¿Por qué? Muy sencillo, porque independientemente de que se esté o no de acuerdo con él es alguien que trabaja de sol a sol, que se mueve. ¿De cuántos políticos de los que hoy conocemos todos se puede decir lo mismo? Efectivamente, de muy pocos, por no decir de ninguno.

Es tan raro ver hoy en día a un político que haga cosas, que cuando nos encontramos con uno activo nos provoca ciertas dudas. Pasa por ejemplo con Nicolás Sarkozy, el presidente francés, que en poco tiempo se ha destapado como alguien que sabe que para que las cosas se hagan hay que moverse. Y moverse, se mueve. Y de qué manera. No vamos a contar ahora en todos los charcos que se ha metido últimamente porque no creemos que sea ni el momento ni el lugar. Pero lo que sí que vamos a decir hoy, porque nos afecta a todos los que integramos esta tristemente depauperada profesión del periodismo, es que nos parece fantástico que haya sido el primer político en darse cuenta de que este sector también necesita ayuda.

La semana pasada los sindicatos convocaron una manifestación para protestar por los despidos del Ayuntamiento de San Bartolomé. ¿Han visto a los sindicatos convocando una manifestación para defender a los trabajadores de otros sectores que no tengan que ver con la función pública, se han preocupado alguna vez los sindicatos de los problemas que padecemos en los medios de comunicación? No, claro que no.

Pues bien, Sarkozy anunció el pasado viernes una serie de medidas estructurales para reformar y modernizar la prensa escrita en Francia a las que ha añadido decisiones coyunturales para superar la crisis económica. Nada menos que piensa invertir 200 millones de euros anuales. Además, avanzó que se aplicará un recorte que afecta a los gastos postales de la prensa que ahorrará unos 12 millones de euros al sector. Sarkozy, otro que va camino de que le digan en alguna rueda de prensa que su molde se rompió al nacer, negociará un nuevo contrato social con las imprentas, creará un estatuto del editor de la prensa digital y ayudará a desarrollar los diarios en internet y la suscripción gratuita a un periódico durante 12 meses para los jóvenes de 18 años.

Es decir, este pequeño-gran hombre que quiere emular a Napoleón ha movido el culo por un sector normalmente olvidado, algo que no ha hecho nadie en todo el mundo. Por supuesto, mucho menos en un país como el nuestro, en el que no concebimos a un presidente de Gobierno, sobre todo a Zapatero, preocupándose por mantener el pluralismo informativo ayudando a que no se sigan hundiendo más y más medios cada día, a que sigan despidiendo a más y más gente cada día. Les vemos más bien como hacen en Lanzarote, preocupados de que los "suyos" vivan muy bien y a ser posible que los "otros" se borren del mapa.

Eso es lo que está haciendo el presidente francés. ¿Qué hace el nuestro mientras tanto? Aplicar políticas económicas tan absurdas como las que manejan sus acólitos en el Cabildo de Lanzarote. Y es que los socialistas del nuevo siglo son políticos a los que les duele muy poco el dinero público, como demuestra el hecho de que nuestra presidenta, Doña Manuela Armas se gaste 6.900 euros del dinero de todos en viajar a China, fulmine en poco más de un año la buena gestión que se había hecho en Inalsa y en los Centros Turísticos durante el mandato de Inés Rojas, dilapide el presupuesto en cuestionables y sospechosos pagos de favores en forma de “estudios” y otras machangadas y utilice los 640.000 euros que acaban de llegar en forma de impuestos devueltos al Cabildo para “protocolo” y “más estudios”... Eso sí, no olviden que a Fabián Martín le dejaron unos 50.000 euros para que se entretenga haciendo obras.

Mientras ellos viven en la opulencia con sueldos de escándalo, mientras no saben ni de cerca ni de lejos lo que significa estar en crisis, el pueblo empieza a pasar hambre. El viernes llamaron a nuestra emisora para denunciar que ya hay gente en Lanzarote pidiendo en los semáforos, algo que era impensable ver en una sociedad tan rica como era Lanzarote hace poco más de dos años. Y no se crean que son drogadictos o indigentes los que están pidiendo, esos ya tienen su trabajo de aparcar coches (el cual sea dicho de paso respetamos), son padres de familia a los que la desesperación está echando a la calle.

Qué fácil es gobernar desde una torre de marfil como la que tiene Doña Manuela, qué fácil es tirar el dinero que no es de uno cuando se sabe que cuentas al menos con cuatro años para llenarte los bolsillos sin pegar ni golpe, qué fácil es hablar de sostenibilidad, participación y democracia para no mancharte las manos con la realidad que a otros nos está tocando padecer. ¿Qué importa que haya más de 13.000 familias en Lanzarote que lo están pasando mal, que muchas de ellas van a perder sus casas, que muchas de ellas no tienen para comer? ¿Qué importa eso?

Pero ojo, que la cosa va de mal en peor. El ministro Solbes, esa joya que nos vendieron como alguien que no era, ya ha tirado la toalla, reconociendo nada menos que en el El País que ya se han agotado todas las medidas que se pueden adoptar para paliar la crisis. ¡Chiquito cenizo, y lo suelta en el mes de enero! El viernes conocíamos un dato escalofriante. En España hay ya 827.200 hogares con todos sus miembros desempleados, casi el doble (385.500 más) que un año antes, según los datos de la última Encuesta de Población Activa. Es decir, casi un millón de hogares en los que no entra más dinero que el del desempleo, en el caso de aquellos que no lo hayan agotado ya. La EPA del cuarto trimestre de 2008 muestra que el aumento de hogares con todos sus miembros en paro fue del 87,28% en un año y del 29,63% con respecto al trimestre anterior, al aumentar en 189.100 hogares en sólo tres meses. En España hay 12.790.600 hogares con al menos un miembro activo, y hay ya 4.105.400 hogares en los que ninguno de sus miembros tiene trabajo, incluida población inactiva como jubilados y estudiantes. Por otro lado, al cierre del ejercicio el número de hogares con todos sus miembros trabajando bajó en 596.300 personas con respecto a un año antes, hasta los 10.099.100, el 5,58% menos.

¿Qué ha dicho el Gobierno ante semejante catástrofe? Que “estudiará medidas”. Vamos, el mismo cuento que hacen aquí en Lanzarote, donde se van a pegar cuatro años de estudio en estudio sin hacer absolutamente nada. ¿Se puede aguantar esto por mucho más tiempo? No, claro que no.

El paro se ha situado ya en el 14% de la población activa. La cifra más alta de toda la Unión Europea. Almunia, que no puede ser sospechoso de ser contrario al Gobierno socialista, ha anunciado desde el Parlamento Europeo que la cosa irá a peor, y que llegaremos hasta el 19%, lo que es una barbaridad que supondrá ver ya a 5 millones de personas (repetimos, ¡5 millones de personas!) sin trabajo.

Por ponerles un ejemplo práctico para que entiendan el disparate, Rusia, que en teoría es un país económicamente más atrasado que el nuestro, tiene una población de 150 millones de personas, con una población activa de 75 millones. Recientemente han mostrado su preocupación porque el paro ha pasado del millón y medio de personas, superando el 2%. Es decir, con más del triple de la población tienen la mitad de parados que España, y están preocupados.

Esto es la consecuencia de una mentira que el PSOE coló a más de 10 millones de españoles en las últimas elecciones generales, cuando su presidente, con esa cara de no haber roto un plato en su vida que tiene, salió diciendo que no había ninguna crisis, que sólo estábamos en un proceso de “desaceleración”. ¡Chiquita desaceleración!

Que nos den diez Sarkozys y que nos quiten de delante a tanto charlatán de feria metido a política, a todos esos “verborreicos” que hablan mucho y no hacen nada. Necesitamos gente comprometida y dispuesta a remangarse la camisa para trabajar a fondo. Mucho más en Lanzarote. ¿Alguien tiene alguna idea?

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