Han sido también muchas las personas que se han dirigido a esta redacción para comentar la información que publicamos en nuestra edición anterior sobre la compañía que prácticamente monopoliza en el Archipiélago el transporte aéreo interinsular. Nos estamos refiriendo, como no, a la insigne y singular Binter-Canarias (creemos que el apellido se lo quitaron hace tiempo). Parece que la tomadura de pelo que le hicieron a unos pasajeros de Lanzarote cuando intentaron reclamar sus derechos por un retraso en un vuelo superior a dos horas no es un hecho aislado. Hay más casos, personas que se han visto afectadas en situaciones similares y que quieren contar sus historias. Que nadie se reprima, que para eso estamos los medios de comunicación, para trasladar a la calle el sentir de los ciudadanos, aunque ese sentir esté tan subido de tono como alguno de los comentarios que se hacen contra la compañía de marras. Al margen de esta denuncia, al margen del insólito caso de la invitación masiva a la prensa de Gran Canaria y Tenerife (nunca a la de las otras islas) a su último acto promocional, nos cuentan también el caso ocurrido este martes en Tenerife. Había tres vuelos: uno para Lanzarote que era el primero que tenía que salir, otro para La Palma y otro para Gran Canaria. ¿A que no se imaginan cuál salió el último? Efectivamente, el de Lanzarote. Y eso que aquí, por desgracia, no llega de momento la flota de Islas Airways.
