Los aeropuertos suelen ser lugares de encuentros y desencuentros, de llegadas y de partidas. Siguiendo con Don Alejandro Díaz, debemos confesar que diferentes miembros de esta santa casa se han tropezado con él últimamente en varias ocasiones. La última fue el martes, que coincidió con su regreso de la actuación en el “coñazo” de discusión sobre el Estatuto que no va a servir para otra cosa que para terminar con la triple paridad. Don Alejandro, en una muestra más de honestidad y vergüenza política, la misma que tuvo para salir de la presidencia del PP, insiste en que votará en contra de su Grupo si finalmente deciden persistir en su intento de suprimir el equilibrio parlamentario entre islas capitalinas y no capitalinas. No sabemos si este asunto le pasará factura, pero estamos convencidos de que ya le importa bastante poco. Es más, estamos en condiciones de afirmar que Don Alejandro está barajando en estos momentos ofertas de la más variada índole, y no precisamente para ir el último de la fila; se trata de ofertas políticas que le situarían en los puestos de salida en las próximas elecciones. Delante de gente de esta empresa un alto personaje -también muy bien valorado en todo el Archipiélago porque se lo ha ganado a pulso- le hizo una oferta que a lo mejor es difícil que pueda rechazar. Es una buena oferta, que de momento ya se está pensando de cara al futuro que se avecina, que no es ni cojo ni manco.
