martes. 06.05.2025

LA VENGANZA DE DON MENDO

Los populares de Lanzarote acuden al congreso regional de este fin de semana con la esperanza de que no les pase factura el apoyo mayoritario que dieron a Cristina Tavío. Asier Antona tiene la oportunidad de actuar como Don Mendo o de ser generoso con la única isla que no le prestó apoyo incondicional

Este fin de semana se celebra el Congreso Regional del Partido Popular (PP) que debe consagrar al palmero Asier Antona como presidente para los próximos años. Seguramente, siguiendo la tradición, también como candidato a dirigir los destinos de una Comunidad Autónoma que en estos momentos tiene un Gobierno en minoría con el único apoyo de los parlamentarios de Coalición Canaria (CC).

La primera de las claves que debe salir del cónclave popular es la de determinar el tiempo que transcurrirá desde su finalización hasta el inicio de las negociaciones con los nacionalistas para conformar gobierno. Porque aunque Antona ha estado tratando de jugar al gato y al ratón con este asunto, como buen estratega que está demostrando ser, lo cierto es que todo apunta a que nacionalistas y populares se acabarán entendiendo, y no dentro de mucho tiempo.

Cuentan los que saben que el acuerdo que existe es claro: que terminen los congresos de los dos partidos y después hablamos. El del PP está finiquitado, con un engañoso escenario a la búlgara que determinará el cambio en el rumbo de las operaciones. Y decimos engañoso, porque si bien es cierto que el palmero saldrá elegido por el 99,99 por ciento del voto de los compromisarios (es probable que alguno se despiste y en el momento de las votaciones esté en el baño; suele ocurrir), lo cierto es que el proceso de elección anterior ha sido el más democrático que se ha visto jamás en la historia de este partido en las Islas. Unas primarias a lo PP, pero primarias al fin y al cabo. Luego está el de Coalición. A finales de mes, entre el 25 y 26. Ahí es donde empieza a haber algo más de problema, principalmente porque por primera vez en la historia nadie quiere coger el timón de la organización con más poder en el Archipiélago. ¿Es normal? Si es normal porque ya nadie se fía de nadie, y sobre todo porque existe la sensación de que la gente de Tenerife se ha pasado a la hora de determinar las políticas a seguir y el devenir de los acontecimientos, con errores de bulto en su propia isla que han llevado precisamente a estar en estos momentos gobernando en minoría. Errores que han provocado desencuentro en islas como Lanzarote y Fuerteventura donde los pactos funcionaban relativamente bien. Pero CC resolverá su pequeño problema, elegirán probablemente a un dirigente de transición y se pondrán las pilas en dos direcciones: una, la de cerrar el acuerdo lo antes posible con el PP y con la Agrupación Socialista de La Gomera (ASG) de Casimiro Curbelo –este acuerdo ya está hecho-; y dos, intentar esta vez en serio ir sumando al nacionalismo disperso y convencer con buenos argumentos y mejores intenciones a Nueva Canarias (NC) de que ambas formaciones se necesitan. Esto último es lo más complicado. Demasiadas heridas abiertas e infectadas.

El caso de Lanzarote

Pero si tiene algo interesante el congreso del fin de semana es sin duda saber qué va a suceder después con Lanzarote, la única isla en la que Asier Antona no sólo perdió sino que se llevó un repaso de consideración. En las cuentas del nuevo líder, que las tenía, esa derrota se daba casi por segura. Ahora, imaginamos que le escoció cuando vio el resultado, y cuando comprobó que sólo le votó la guardia pretoriana de Soria, de cuya herencia en buena lógica quiere despegarse.

Ahora es el momento de que Antona actúe practicando la habitual venganza a lo Don Mendo de la política revanchista o de que se gane el cariño de un grupo que siempre ha demostrado estar unido, y que supo durante décadas mantener el pulso al ya ex todopoderoso José Manuel Soria. Es decir, el nuevo presidente tiene la opción de repetir los errores sorianos o de abrazar en su seno a aquellos que no le prestaron su apoyo. Porque si bien es cierto que la venganza de Don Mendo fue venganza, lo cierto es que al final no quedó vivo ni el apuntador.

Viendo el andar de la perrita, desde este medio apostamos por la segunda opción. Antona está demostrando ser un tipo bastante más inteligente que Soria, mucho más centrado y terriblemente más moderado que el ya ex ministro. Al lado del ex ministro, Don Mendo fue un flojo.

Con esto no queremos decir que Asier Antona le vaya a dar al equipo de Astrid Pérez la Secretaría General de la formación, pero desde luego sí algo más que una mínima representación en la nueva dirección del partido llevando cosas como nuevas tecnologías y más hierbas.

Esta semana los populares lanzaroteños enviaron con toda la intención del mundo un comunicado a los medios en el que explicaban que van a apoyar a Antona en el congreso. Muchos lo han visto como un gesto cobarde frente al nuevo líder. No creemos que sea así. Es todo lo contrario, es un gesto de acercamiento. Así al menos piensan ellos que lo deben interpretar sus compañeros. Aunque son conscientes de que algunos les quieren pasar de nuevo a cuchillo, también saben que el PP de Canarias no se puede permitir el lujo de tener permanentemente de morros a la tercera isla del Archipiélago.

Porque en Lanzarote habrá un congreso insular no dentro de mucho tiempo que ganará de calle Astrid Pérez y su gente si no sucede algo muy extraño en las próximas semanas. Los afiliados que están al día en el pago de las cuotas son los que son, y las matemáticas no engañan. El liderazgo de la parlamentaria regional es indiscutible, y en el otro bando, que lo hay, ni encuentran los números ni encuentran al líder que dé el paso y que se atreva a enfrentarse con la presidenta.

Por eso parece de cajón que Antona se tendrá que entender con su compañera en el Parlamento. Ella le necesita a él y él la necesita a ella. Así de sencillo, y así de complejo.

LA VENGANZA DE DON MENDO
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