Dicen que la cara es el espejo del alma. Si nos fiamos de esta máxima, está claro que la de Manuel Cabrera, el portavoz del PIL y consejero de Juventud y Deportes del Cabildo, reflejaba este jueves a eso de las doce del mediodía un cabreo de tres pares de narices. Debía tener el alma más retorcida que la de un condenado al que le cierran la boca con un esparadrapo poco antes de ahorcarlo. Nos cuentan nuestros compañeros que asistieron a la rueda de prensa que convocó Doña Manuela (o Mela) Armas para decir “digo” donde hace dos días había dicho Diego que el representante del PIL tenía el gesto fruncido. Parecía como si una venita de la frente se le fuera a salir del sitio. Asistía atónito a lo que Doña Manuela (o Mela) estaba diciendo sobre los hoteles, y no daba crédito. No daba crédito, como explicó posteriormente en el programa “Lanzarote al Día” de la 95.8, porque ni a él ni al resto de sus compañeros del PIL se les había informado de que la presidenta del Cabildo, que recordemos que debe su cargo al apoyo de los insularistas (parece que lo ha olvidado y que se cree que gobierna con mayoría absoluta), había decidido comparecer ante la prensa para exponer algo de tanta trascendencia. Antes de nada, por cierto, debemos destacar el hecho de que en esta ocasión y esperemos que sirviendo de precedente se nos avisó con tiempo desde el Cabildo para asistir. Incluso se molestaron en llamar por teléfono, que es mucho teniendo en cuenta los tiempos que corren. Volviendo a lo de Manolo Cabrera, estamos convencidos de que a pesar de que dijo mucho en las declaraciones que realizó en esta emisora, también se guardó bastante. Con su prudencia habitual, consciente de que debía consensuar con sus compañeros la línea a seguir, se limitó a cuestionar con dureza el hecho incuestionable de que el PSOE va a lo suyo en el Cabildo, no les consulta absolutamente nada. Tanto es así, que el propio informe de los hoteles elaborado por los técnicos y por los juristas de la Primera Corporación insular se les enseñó a la vez que a la oposición, como dijo en esta casa el concejal de Urbanismo de Teguise, Juan Jesús González Docal. No sabemos qué va a hacer el PIL, aunque imaginamos que algo hará. No es normal que lleven año y medio poniendo las dos mejillas para recibir tortas constantes sin que devuelvan un solo golpe. La única que ha tenido valor de hacerlo en el Cabildo, y ha tenido que ser por carta, ha sido Plácida Guerra. El resto, incluyendo a Manolo Cabrera, han tratado de mantener las formas. Y nosotros nos preguntamos, ¿se pueden seguir manteniendo las formas cuando la presidenta del Cabildo que no del PSOE hace y deshace a su antojo en un asunto tan trascendente para el futuro de Lanzarote como es el del territorio? Está claro que no. Pero ellos sabrán, el PIL sabrá lo que hace en el Cabildo, que está claro que no tiene nada que ver con lo que hacen, por ejemplo, en Teguise, donde su alcalde, José Dimas Martín, se expresa con una contundencia meridiana cada vez que tiene que poner a parir a sus socios de gobierno. No le duele en prenda, y no pasa nada. En fin.
Volviendo al esperpento de Doña Manuela (o Mela), nos sorprende mucho la perplejidad de la oposición, a la que tienen tan mareados y tan despistados desde el PSOE que dirige el todopoderoso Carlos Espino como al resto de los ciudadanos. Y nos sorprende porque les venimos advirtiendo desde hace tiempo que Doña Manuela (o Mela) y sus huestes funcionan así. No les importa cambiar de discurso sobre la marcha si entienden que eso les deja mejor frente a la sociedad. Qué importa que un día salga Carlos Espino diciendo que el tema de los hoteles es una trama organizada para subvertir la normativa y que poco después dé una rueda de prensa la presidenta para hablar de la necesidad de crear los mecanismos necesarios para legalizar todo lo que sea legalizable. Qué importa eso. Qué importa que se mienta descaradamente cuando se habla de que los empresarios que han tenido la suerte de que se les retirara el pleito por parte del Cabildo son los únicos que se han dirigido a la institución para negociar, qué importa que Doña Manuela (o Mela) diga disparates como que se va a presionar a los dueños de hoteles en situación alegal para que compensen a la ciudadanía comprando derechos edificatorios a otros empresarios. Aquí no importa ni pasa nada. Doña Manuela (o Mela) se permitió el lujo de ir a un programa de televisión que se ve en toda Canarias para dejar claro que esto es igual que Marbella más corrupta y que no se puede solucionar nada, se permitió el lujo de rechazar la invitación de Domingo Berriel para consensuar con los empresarios y con los ayuntamientos afectados una posible solución y no pasó nada. Ahora que vuelve a cambiar de postura, que convoca una rueda de prensa para decir las mismas sandeces que le dicen que diga los que saben de este tema y llevan el peso de las negociaciones, tampoco va a pasar nada. En política ya todo vale. Es triste pero es real como la vida misma. Como nosotros no creemos en las casualidades, porque nos hemos hecho unos desconfiados, tenemos claro que la rueda de prensa de la presidenta tiene bastante que ver con el estudio realizado por la Fundación César Manrique sobre la Ley de Medidas Urgentes, después de que se dieran cuenta de que el Gobierno podía hacer sin más lo que el Cabildo y la propia Fundación no quieren que se haga. Bueno, el Cabildo ha cambiado de postura y ahora sí quiere, perdón.
Esperemos por lo menos que Doña Manuela (o Mela) y sus asesores no vuelvan a cambiar de opinión, que no les dé un viento distinto al actual y nos mareen con una nueva propuesta. No estaría de más, además, que los mismos asesores le dijeran de una vez cuáles son los hoteles que están en peor situación, porque le han hecho esta pregunta veinte veces a Doña Manuela (o Mela) y jamás sabe qué responder. A lo mejor es que todos están en una situación similar, a lo mejor es que van a dejar que todos pasen por el aro. No lo sabemos. Estamos tan desinformados como el PIL, que ya es decir. Por cierto, que nos dicen que Don Carlos va a explicar en el pleno de este viernes el porqué del caso Yudaya. No hace falta que esperen a que comparezca. Va a decir, y no somos adivinos, que está muy satisfecho del negocio que hizo para el interés general con los hermanos Domínguez, a los que ya saben que se les retiró el pleito que tenían perdido de calle a cambio de que puedan construir un hotel de cerca de mil camas a partir del 1 de enero de 2011. Va a decir el señor Espino que estos generosos empresarios tuvieron a bien acceder al cambio del uso de la otra parcela que tienen en Playa Blanca, pasando de turístico a comercial. Que eso beneficia a todos los lanzaroteños, que tienen que estar muy agradecidos por que se haya permitido saltarse a la torera la programación de futuro que se está elaborando en el nuevo PIOT y haya que incluir por narices este establecimiento. Qué casualidad que ahora haya cambiado la Ley de Comercio y que se haya ampliado la posibilidad de construir superficies más grandes, qué casualidad que sea mucho más negocio construir un hotel y un centro comercial que dos hoteles. ¿Por qué no convirtieron la otra parcela en un parque, por qué en lugar de uso comercial no se le dio uso rural? Eso sí habría sido beneficiar a la población de la Isla.