No tiene desperdicio la intervención colgada en internet de la presidenta del Cabildo, en el famoso Youtube. Es interesante verla y oírla. Así nos podemos enterar, en aproximadamente nueve minutos (esta vez no le dejaron sólo 59 segundos), de que Manuela Armas reconoce por primera vez que en el año 98 ella no tenía nada que ver con el trabajo que estaba haciendo en el Cabildo el equipo que coordinaba su ahora compañero Enrique Pérez Parrilla. Y decimos “ahora compañero” porque no hay que olvidar que en aquellos días Doña Manuela pertenecía al ogro del urbanismo, a Coalición Canaria. Ha sido por tanto protagonista de una de las “involuciones” políticas más singulares de la ya de por sí singular historia política de Lanzarote, pasar del nacionalismo constructor al socialismo sostenible. Se lía un poco, sobre todo porque habla siempre como si fuera ella la que ha logrado las 22 sentencias favorables, hasta que cae en la cuenta y suelta eso de que “por supuesto” ella en aquella época no estaba por ahí.
También en esa grabación comprobamos que Doña Manuela vuelve a hablar de “transparencia”, palabra que utiliza mucho para justificar sus actuaciones. ¿Es transparente ocultar las cuentas de los Centros Turísticos a la población de la Isla, es transparente firmar una resolución para solicitar un crédito de 6 millones de euros sin decir ni pío, es transparente estar todo el día firmando resoluciones de “a 30.000” para encargar estudios de más que dudoso interés público? Si eso es lo que nuestra presidenta entiende por transparencia, preferimos el lado oscuro, el reverso tenebroso del Partido Socialista. Al menos allí uno sabe a qué atenerse.