En un lugar de nuestra costa de cuyo nombre prefiero pasar, tenía lugar, recientemente, un “tenderente”de mucho cuidado, para festejar la consecución de un logro urbanístico de padre y señor mío.
La cuestión es “fea muy fea” y aunque los “tendereteros” hacían mofa de determinados politiquillos, nosotros podemos decir que no todo está atado porque aunque el “diarreíta”, el adorador de Baco, el tronco y el adefesio se las prometen muy felices, un bonito personaje que contempla el ir y venir de estos bichitos está preparando una comunicación pública que desvele la trama inmobiliaria que han inventado estos personajes.
¿Que dónde está la mina? Pronto les daremos todo tipo de pistas para que puedan ustedes hacerse una idea de la magnitud del toletazo... ¡Oh¡ se habla de unos cinco mil quilos, duro arriba o duro abajo, justo lo que nos hacia falta a nosotros para no dar nunca más un palo al agua.
Por cierto, la borrachera que pescaron los implicados era fea muy fea, menos mal que no llegó por allí Elvis que si no se arma la de Dios y la del diablo, quien sí llego a los postres fue el cabeciduro para dar la bendición no apostólica.
