En este pueblo, de nuestros amores y también de nuestros pecados, “las ladillas” humanas se enquistan en las administraciones aunque sean panarras.
Aquí la cosa de lo que se trata es de pagar favores presuntamente políticos a una panda de inútiles que para lo que son buenos es para chupar del bote. El rosquete, por ejemplo es una muestra viva de lo que no puede ni debe ser la representación de estamentos que tienen implicaciones ciudadanas y que por ende manejan caudales importantes que Dios sabe a dónde van a parar y por qué caminos transitan.... La lagartija docente se lleva todo sin el menor repudio en este terreno docente-laboral a cambio de no sabemos qué “favores”.
Lo curioso del caso es que estos tres y otros tantos “pendejos” unidos por inconfesables “panzadas” dinerarias siguen teniendo un relieve social importante y miran desde sus púlpitos con desdén a todos aquellos que de verdad se ganan el dinero con el sudor de su frente.
No está libre de este tipo de pecados “Don Pepa” el apurado. Por cierto éste, como Lázaro, ha vuelto a la vida de la mano de unos socios o sucios de mucho cuidado.