Dicen algunos que el ínclito Carlos Espino tiene los días contados. Nosotros no lo creemos. Es tal el grado de papanatismo político que se ha instalado en Lanzarote, que gente como este “señor” puede medrar, asentarse y crecer sin ningún tipo de problema. Más bien al contrario. Cuanto peor lo hace, cuantos más disparates comete, mejor le va. El último ejemplo lo tenemos con la entrevista que publicó este fin de semana el diario La Provincia. Si no llega a ser por que aquí cumplimos con nuestra obligación de preguntar a los portavoces de los partidos de la oposición sobre las barbaridades que se dicen en esa entrevista, el asunto habría pasado de largo y no habría sucedido nada. ¿Cómo es que ningún partido ha sacado un comunicado de prensa para poner a caer de un burro a este personaje, cómo ningún consejero del Cabildo sale a la prensa sin que le llamen para denunciar que es falso que el ínclito irresponsable de los Centros Turísticos ha entregado el listado completo de las cuentas durante su gestión, cómo no se han removido en sus cómodos asientos del Cabildo cuando ha soltado sin caérsele la cara de vergüenza que los 5 millones de euros del canon se justifican con pequeñas obras como la reforma de una cocina, el arreglo del ascensor de los Jameos o la instalación del aire acondicionado en el Castillo de San José? A lo mejor para la actual oposición de la Primera Corporación insular todo vale. A nosotros no nos vale todo.
No hay que olvidar que los Centros Turísticos es la principal empresa pública de Lanzarote, la única que hasta que llegó el secretario de Organización de los Socialistas daba beneficios. Debemos recordar que este mismo año (no hace falta remontarse más lejos), el propio Espino compareció ante los medios desplazados a Madrid para cubrir la Feria Internacional de Turismo -allí sólo estábamos nosotros y la gente de Lancelot, aunque luego se pagara la publicidad a otros que ni fueron- para exponer la cuenta de resultados del EPEL. No tuvo otro remedio, después de explicar que se habían facturado en 2007 más de 20 millones de euros y se había tenido un beneficio de unos 6 millones de euros, que felicitar a su antecesor en el cargo, Pedro San Ginés, y, sobre todo, felicitar al director profesional colocado allí por consenso y por concurso de méritos, José Juan Lorenzo. Fuimos los primeros en aplaudir su gesto. Luego, también, fuimos los primeros en alucinar cuando a las primeras de cambio se cargó a la persona de la que tan bien había hablado en el mes de febrero sin dar una sola razón, pagando además una millonaria cantidad en concepto de despido improcedente. Entonces no pasó nada, y ahora parece que tampoco. Parece que a nuestros políticos y a nuestros ciudadanos (a estos últimos nos da la sensación de que cada vez menos) no les llegan este tipo de historias, a nuestro juicio tremendamente importantes. ¿Cómo no va a ser importante que desde que llegó este señor a la empresa pública se haya destruido todo lo que con tanto esfuerzo se había construido?
Dice este tipo que los Centros Turísticos no deben ser objeto de batalla política en Lanzarote. Claro que no, claro que no lo serían si las cosas se hicieran como es debido. ¿Han sido objeto de batalla política cuando el señor José Juan Lorenzo los dirigía? Pues no, han sido objeto de reconocimientos y de premios. ¿En qué ámbito quiere el ínclito Espino que se debatan los asuntos de la empresa pública, los llevamos al ámbito de la literatura, lo trasladamos al ámbito de la prensa del corazón? ¿En qué ámbito se sentiría más cómodo para que los que sospechamos que está sucediendo algo gravísimo dejáramos de especular?
Y estamos especulando porque no nos queda otro remedio. Qué más quisiéramos nosotros que este señor no fuera un mentiroso compulsivo y fuera real eso de que las cuentas “son públicas”. De públicas no tienen nada. Nos encantaría ver esas cuentas, ver en qué se ha estado gastando este señor el dinero, al margen de la generosa gratificación de 9.900 euros al señor José Manuel Páez, al que colocó por el arte de la dedocracia como director de no sabemos muy bien qué. También nos gustaría saber cuánto dinero se han llevado los medios de comunicación que le ríen las gracias, comprobar si el peloteo que hacen a diario es rentable.
Una de las cosas más alucinantes de la entrevista es cuando este impresentable político dice que “es intolerable que (Francisco Armas) se permita el lujo de poner en cuestión el informe sobre los hoteles ilegales”. Este es el mejor ejemplo de lo que este señor entiende por democracia y por libertad de expresión. Este socialista de dudosas convicciones progresistas debería saber que la libertad de expresión es un derecho fundamental recogido en la Constitución Española de 1978. A no ser que la hayan reformado sin que nosotros lo sepamos, Francisco Armas tiene todo el derecho del mundo a exponer cuantas discrepancias considere oportunas. ¡Faltaría más! Se podrá estar o no de acuerdo con lo que diga, pero declarar en un medio que el presidente de Asolan no se puede “permitir el lujo” de cuestionar ese informe es una majadería digna de un majadero. ¿Es el señor Espino un majadero? Hay opiniones para todos los gustos, y nosotros las aceptamos todas, como aceptamos que haya gente que ponga en cuestión los datos de un informe que, como todas las cosas hechas por humanos, puede contener errores. No pasa nada.
Nos parece una buena entrevista de Domingo Rivero. Ha desvelado muchas cosas que nosotros sabíamos pero que otros parecían desconocer. Tal vez por su evidente grado de aturdimiento. Con lo que no estamos de acuerdo es con lo que dice el responsable de La Provincia en Lanzarote, con algo que escribe a modo de introducción del personaje: “Espino ha llevado a su partido a convertirse en la primera fuerza política de la Isla”. No, señor Rivero, ni estamos de acuerdo nosotros ni lo deben estar sus compañeros. Es fácil echar números. Desde que este señor es secretario de Organización se ha perdido la mayoría absoluta en Tías, se consiguió un pírrico empate con el PIL en Arrecife y otro mucho peor con el PIL y con CC en el Cabildo insular, eso a pesar del desastre de los nacionalistas en Arrecife y del evidente tirón que estaba teniendo todo el socialismo en Canarias. Además, se quedaron sin representación en Haría y con un único concejal en Yaiza, amén de la tremenda paliza que recibieron en Tinajo. Si a eso le sumamos la creación de varias gestoras en la Isla y el abandono total y absoluto del debate interno, tenemos que afirmar que es uno de los peores dirigentes, si no el peor, que ha pasado por el PSOE lanzaroteño. Eso por no hablar de lo que denunciaban este lunes los socialistas de Tías, que nos da la sensación de que han sabido retratar a la perfección al personaje.
Cambiando de asunto, aunque tenga que ver con el mismo personaje, resulta muy curioso lo que pasaba este lunes en la prensa nacional. El diario El País, el catecismo socialista que tanto le gusta al señor Espino, ha publicado un reportaje a modo de resumen sobre la destrucción del litoral. Lo curioso es que este reportaje lo firma Rafael Méndez, que es, se lo decimos para los que no siguen estas cosas, el mismo periodista que realizó el reportaje sobre Lanzarote, ése al que curiosamente El País dedicó nada menos que un titular a cuatro columnas en su portada, ése en el que casualmente se comparaba a Lanzarote con Marbella. Pues bien, salvo que este martes hagan una segunda entrega sobre Canarias, en este nuevo reportaje sobre la destrucción del litoral no se escribía una sola línea sobre Lanzarote y los numerosos desastres urbanísticos que el señor Espino se encargó de propagar como la peor de las propagandas a los cuatro vientos. ¿Nos acerca esto al pensamiento de todos aquellos que creen que el reportaje sobre Lanzarote estuvo teledirigido, podemos empezar a pensar que alguien pagó para perjudicar la imagen de la Isla? Podemos pensar esto y lo que nos dé la gana, porque, en contra de lo que piensa el señor Espino, vivimos en un país libre, y nosotros nos permitimos el lujo de pensar con libertad.