jueves. 15.05.2025

Hace tiempo que se sabe que la situación del pacto del Cabildo (Asamblea por Lanzarote, Partido Socialista Canario y Coalición Canaria) no pasa por su mejor momento. Han sido muchos los roces, muchos los problemas que han surgido entre unos socios que casi estuvieron condenados a entenderse por el bien de la estabilidad institucional, en la que ha sido sin duda la peor de las legislaturas desde que disfrutamos en este país de lo que se ha venido a denominar como democracia.

Últimamente parece que esos problemas han crecido, y tienen sobre todo un foco de tensión centrado en las evidentes diferencias que existen en Política Territorial, donde los socialistas van por un lado y los nacionalistas por otro.

La última, la más grave de todas las disputas habidas hasta ahora -nos referimos a las oficiales-, la ha provocado el PSC con el comunicado que envió este viernes a los medios dejando clara su postura en contra de una decisión de la presidenta, Inés Rojas. En concreto, los socialistas tachan de “enorme error político” la carta que la presidenta de la Primera Institución insular envió al Ejecutivo regional solicitando “dejar sobre la mesa” el expediente para la delimitación del entorno de protección del BIC Castillo de San José. La carta en cuestión se envió el pasado martes, antes de la celebración del Consejo de Gobierno, con motivo de unas alegaciones que la Autoridad Portuaria hizo llegar a Inés Rojas contra la delimitación del entorno de protección del citado monumento. En su escrito, los enojados socialistas exponen que “con independencia de los efectos que haya causado la carta enviada por Inés Rojas, el PSC de Lanzarote considera un enorme error político este modo de actuar en un tema de tanta trascendencia, pues da lugar a justificadas suspicacias, agravadas por la ausencia de una justificación oficial por parte del Gobierno de Canarias de los motivos reales que han conducido a la paralización del expediente”. Pero para ellos lo peor es que todo esto se haya hecho sin contar con el responsable de Política Territorial, el responsable a su vez de Patrimonio Histórico, que no es otro que su compañero Carlos Espino.

¿Tienen razón los socialistas para estar enfadados? Probablemente sí, aunque desde las filas nacionalistas se asegura que no ha habido mala intención, sino falta de comunicación.

Es la falta de comunicación la que podría terminar definitivamente con un pacto frágil que se sustenta sobre hilos muy delgados, muy finos. La idea de los tres partidos no era otra que aguantar todo lo posible, probablemente hasta unas semanas antes de que se iniciara la campaña. Las cosas andan bastante revueltas, y no sería extraño que alguien finiquitara el pacto. ¿A quién le interesa más romper? En un análisis rápido de la situación es obvio que a ninguno. ¿Quién dará el primer paso? Es difícil, pero en estos momentos los que más enfadados parecen son los socialistas, aunque los que siguen teniendo la sartén por el mango, los que tienen la Presidencia, son los nacionalistas.

En lo que hay que confiar, por el bien de esta tierra tan castigada, es en que no se vuelvan a dar los espectáculos del pasado. Sería interesante que se tratara de trabajar lo mejor posible para liquidar la legislatura en unas condiciones dignas, razonables. Todavía hay meses por delante para trabajar duro, y son muchos los temas que se tienen que sacar adelante.

La situación del pacto del Cabildo
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