jueves. 15.05.2025

Da la sensación, independientemente de las numerosas promesas que ha hecho el presidente del Gobierno central, José Luis Rodríguez Zapatero, de que en la Península se están tomando a cachondeo el terrible drama que se está viviendo en las costas canarias. Estamos convencidos de que la llegada de los inmigrantes en los cayucos abren los informativos nacionales porque es agosto y no hay otra cosa de la que hablar, porque importar, lo que se dice importar, parece que importa poco.

Este jueves el presidente del Gobierno canario, Adán Martín, ha pedido al Gobierno central la creación de un gabinete de crisis sobre la inmigración que llega por mar, ya que la situación a su juicio “es crítica”, por decirlo de una manera fina. Además, ha solicitado que se repartan entre otras comunidades autónomas los menores extranjeros que llegan en embarcaciones. Según ha dicho, más de 16.400 inmigrantes han llegado a Canarias de forma irregular en lo que va de año.

Se trata de un nuevo puñetazo en la mesa del presidente del Ejecutivo canario, puñetazo en la mesa que mucho nos tememos que va a tener la misma respuesta timorata que ha tenido hasta ahora. El tema de los menores preocupa especialmente al presidente canario, que ha señalado que sólo en la primera quincena de agosto han llegado al menos 75 menores de edad. Según Martín, cada menor le cuesta a la comunidad autónoma más de 18.000 euros. Además, denuncia que los centros de acogida de la comunidad están saturados y ya no hay centros para acoger a los inmigrantes después de que los Cabildos, que por ley están encargados de su custodia, hayan "tirado la toalla".

Hay que reconocerle el PSOE el mérito que ha tenido el que cambien de ruta las mafias que trafican con seres humanos, una vez que Marruecos se puso seria de verdad y controló sus fronteras, evitando así la avalancha que sufrieron durante años las islas de Lanzarote y Fuerteventura, casualmente durante los ocho años de gobierno del PP.

En otras ocasiones, y lo volvemos a hacer ahora, nos hemos preguntado qué más tiene que pasar para que se tomen medidas adecuadas, cuánto vale la vida de estos seres humanos, cuánto preocupa la situación de los residentes en este pequeño y apartado conjunto de islas.

El presidente del Gobierno de Canarias también afirmó recientemente que la Comunidad Autónoma es “un pequeño laboratorio donde se pueden sentir, ver y estudiar los fenómenos migratorios”, palabras que pronunció durante una conferencia en el Encuentro Iberoamericano sobre Migración y Desarrollo, que se celebra en Madrid.

¿Exageró Adán Martín cuando emplea el término “laboratorio” para definir lo que es Canarias en la actualidad? Más bien no, no exagera, se queda corto, independientemente de que también tenga razón en que el Archipiélago debería ser la plataforma que uniera los tres continentes aludidos. Pero ese es otro asunto objeto de otro tipo de análisis y debate.

Por otro lado, también se informó a la población de las Islas de que el despliegue del dispositivo de control de la Agencia Europea de Fronteras (Frontex) no ofrecerá resultados inmediatos dada la dificultad que entraña la lucha contra la inmigración irregular. O sea, que ya se nos está advirtiendo antes de que empiece a operar el dispositivo, no sabemos si tan poco eficaz como el Sistema Integral de Vigilancia Exterior (SIVE), de que no va a funcionar.

Hay que decir eso sí que el Archipiélago cuenta ya con esa misión de Frontex, encargada de coordinar la información policial y las labores de control de fronteras de patrullas en Mauritania y Senegal, y tendrá a su disposición medios aéreos y navales de diversos países para luchar contra la inmigración irregular. ¿Servirá para algo? La respuesta está clara: no. Lo que se necesita ya son otro tipo de medidas, sobre todo medidas disuasorias a las mafias que se han hecho de oro con este vil negocio. También se necesita que en Madrid se lo empiecen a tomar en serio y se dejen de hacer tantas promesas que no conducen a ninguna parte.

Puñetazo encima de la mesa. ¿Servirá para algo?
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