viernes. 16.05.2025

Llevamos muchos años hablando mal de lo que se hacía en Sanidad, y teníamos razones para ello. Hace unos días dedicamos el artículo editorial del periódico a significar lo mucho que ha cambiado esta situación en poco tiempo, sobre todo con la llegada a la Consejería de Sanidad del Gobierno canario y a sus satélites en la Isla de determinadas personas. Decíamos y mantenemos ahora que durante muchos años en Lanzarote nos hemos quejado con razón de la absoluta desatención que teníamos en un estadio tan importante de la vida como es la sanidad pública. La cantidad de centros de salud, la cantidad de médicos y los servicios que prestaba el Hospital General, amén de esa absurda carga que arrastra el Cabildo con el Hospital Insular, eran totalmente insuficientes. De hecho, como se demostró con cifras, en absoluto se correspondía la sanidad que teníamos con la población que había y con la que estaba entrando de forma asombrosa.

Durante este tiempo pasaron por la Consejería de Sanidad gente como el luego presidente Román Rodríguez, que fue director general del Servicio Canario de Salud (SCS), Julio Bonis, o el caso más flagrante que se padeció en Lanzarote, el del director insular del Área de Salud Rafael Sastre Merinero. Y decimos que fue el caso más flagrante, en tono absolutamente negativo, porque desconocemos nosotros y lo desconoce el resto del mundo la labor que desarrolló durante sus años de gestión. De hecho, nos consta que apenas hizo declaraciones en los medios de comunicación y apenas expuso el contenido de su labor diaria, con lo que debemos achacarle a él también parte de culpa de los muchos desatinos cometidos.

Bien, después de estos antecedentes, era imposible pensar que la cosa podría cambiar con el paso de los años y de las legislaturas. Estábamos equivocados, porque la cosa ha cambiado. Gracias a los cambios que introdujo Adán Martín en su Gobierno, nos tropezamos con una mujer como María del Mar Julios, que ha tomado las riendas de la sanidad pública y ha hecho algo que hasta la fecha no había hecho ninguno de sus antecesores en el cargo, interesarse por los muchos problemas sanitarios que tiene Lanzarote. Por si esto no fuera sorprendente, atónitos estamos con la sustitución de Rafael Sastre Merinero por su polo opuesto, el doctor Juan Manuel Sosa, un magnífico profesional de la medicina que se ha revelado como la cara amable del servicio público, un hombre siempre dispuesto a dar la cara y a explicar cuantas cosas haya que explicar sobre los entresijos de la sanidad.

Ahora hemos descubierto que algunas cosas eran tan graves como pensábamos y otras no tanto, que se puede hablar de lo que pasa en el Hospital General sin que parezca que se está cometiendo el peor de los pecados.

Bueno, lo último, tal y como adelantó este diario en su edición digital, es que el Boletín Oficial de Canarias (BOC) publicó este viernes la convocatoria de concurso público y procedimiento abierto para la ejecución de las obras del Centro de Salud de Playa Blanca. La Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias invertirá un millón cuarenta y cinco mil euros en el proyecto de ampliación y remodelación del centro de salud, de los cuales, ochocientos sesenta y siete mil novecientos treinta y nueve euros estarán destinados a la licitación.

Se trata sin duda de una magnífica noticia, que tiene que ser aplaudida tanto por los que apoyan a Coalición Canaria (CC) como los que no, porque estas medidas no las toma un partido político, las toma un Gobierno. Y el señor Sosa, aunque algunos ya lo traten como político, es un médico que trabaja para un Gobierno, para el Gobierno de Canarias.

Lo que necesitamos en Lanzarote es gente como él, gente que sepa trabajar cada día y que defienda de verdad los intereses de esta tierra, que sepa decir que no cuando hay que decir que no y decir que sí cuando hay que decir que sí.

De hecho, ya sabíamos que el actual consultorio local de Playa Blanca se ha considerado insuficiente para cubrir las prestaciones sanitarias de la zona. De ahí, como tantas y tantas veces recordó el alcalde de Yaiza, José Francisco Reyes, que fuera necesario afrontar esta importante obra para atender las demandas además de una localidad que ha crecido enormemente en los últimos años. Playa Blanca no puede estar en el año 2006 con los mismos servicios sanitarios que tenía en 1980, como no puede estar con el mismo puerto, la siguiente gran obra que habrá que afrontar una vez que se pongan de acuerdo las distintas administraciones. Pero esa es otra historia que merecerá otro comentario editorial.

Otra buena noticia sanitaria
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