domingo. 11.05.2025

No tenemos más remedio que dedicar el editorial de hoy al portavoz del Partido Socialista Canario (PSC) en el Cabildo de Lanzarote -también es el secretario de Organización, el director de campaña y alguna que otra cosa más-, Carlos Espino, porque miente como mienten los políticos cuando se encuentran en un callejón sin salida, en una encrucijada. ¿Por qué? Pues por varias cosas. La primera, porque este jueves se descolgó en el pleno del Cabildo asegurando que todo el cuestionario que se planteó a los ciudadanos en ese más que polémico estudio sobre el comportamiento de la población ante los medios de comunicación -30.000 euros de momento y otros 30.000 euros en la segunda fase, segunda fase en la que la empresa Perfiles asegura que va a corregir los “errores” detectados en la primera- estaba consensuado con los medios locales. Nada más lejos de la realidad, señor Espino. ¿Cómo vamos a consensuar los medios locales que se haga un estudio en el que se mezcla a las emisoras nacionales con las locales, en el que se mezcla a las emisoras musicales con las de información? ¿Cómo vamos a consensuar los medios locales que no se pregunte a los ciudadanos por franjas horarias, por programas y por locutores de la tierra? ¿Cómo vamos a consensuar los medios locales que se hagan unos porcentajes de audiencias en televisión tan poco científicos, superando el cien por cien de la audiencia real, cómo vamos a consensuar los medios locales que no se pidan listados oficiales de visitas en las ediciones digitales y se ofrezca un resultado que todo el mundo sabe que está muy alejado de la realidad? No, señor Espino, el estudio que usted hizo fue a imagen y semejanza de lo que quería hacer. No cuela su idílica idea de que lo único que perseguía era situar la realidad de los medios en Lanzarote, porque no hay nada más irreal que lo que ha hecho. Algunos, nosotros no lo hemos dicho de momento, entienden que fue a por lana y salió trasquilado. Luego dijo eso de que no se iba a dar difusión del mismo, tal vez porque los medios afines al socialismo que usted defiende -no creemos que sea el socialismo que todos hemos conocido tradicionalmente en este país- no salían demasiado bien reflejados, no obtenían los resultados que se creían que iban a obtener.

Evidentemente se ha hecho, se ha entregado a algunos medios que lógicamente han sacado pecho por los buenos resultados, medios, al menos en un par de caso, a los que felicitamos.

No somos los únicos que nos quejamos del método. Otros medios también lo hicieron. De hecho, durante el polémico encuentro con los responsables el guirigay mayor no partió precisamente de esta casa, sino de otros compañeros que no entendían ni los resultados ni el cómo se había hecho todo. Fue el caso de Pedro César Quintana, un veterano y conocido periodista de la Isla que puso todos los puntos sobre todas las ies, que destapó las muchas vergüenzas que tenía su burdo intento de acorralar a los que no se dejan acorralar. De ahí que ahora se vaya a repetir el estudio en una segunda parte en la que se asegura que se irá más al detalle, al detalle que pedíamos los medios locales. Qué curioso que ahora sí se vaya a clasificar a las emisoras locales, que se pregunte por horarios y por locutores, por programas que abordan los problemas que preocupan a los ciudadanos que viven aquí, no a los que están de paso.

Mintió también cuando en la reunión con los medios aseguró que la adjudicación se había hecho por concurso público. Los partidos de la oposición se lo recordaron, y se lo recordaron bien, porque adjudicación sin publicidad no es precisamente un concurso público, como no lo es tampoco pedir dos o tres presupuestos para compararlos. Miente, señor Espino, y no sabemos muy bien por qué, y, sobre todo, por qué se lo consienten.

Por nuestra parte está todo bastante claro. Sabemos muy bien cuál es el objetivo que se perseguía. Por eso le anunciamos a usted y a todos aquellos que defienden su trabajo que no vamos a participar en esta pantomima. De hecho, este martes, en esa nueva reunión a la que se nos ha convocado, comunicaremos oficialmente a su presidenta, doña Manuela Armas, que no queremos que se utilice el nombre de estos medios para hacer ningún tipo de encuesta. Presentaremos una renuncia voluntaria por escrito a participar en esa segunda parte, asumiendo las posibles consecuencias que se deriven de ello, como las que tienen que ver con el reparto de la publicidad institucional. Estamos seguros de que no le disgustará la propuesta. Tal vez así, los resultados del segundo estudio se ajusten más a lo que realmente se persigue.

Miente, señor Espino
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