Nunca es tarde si la dicha llega. Así reza un refrán popular que en pocas ocasiones se puede aplicar la isla de Lanzarote, donde la dicha, sobre todo en lo que se refiere a ayuda exterior, rara vez llega.
Y si de dicha hablamos, tenemos que hacer referencia a uno de los pulmones de Lanzarote, un pulmón aquejado durante muchos años de una tremenda enfermedad que lo asfixia y lo ahoga. Nos referimos al puerto de Arrecife, ese lugar absolutamente dejado de la mano de Dios a lo largo de los años que ha sido un foco constante de conflicto, hasta el punto de que se ha planteado muy seriamente por parte de diferentes asociaciones y partidos políticos solicitar su independencia de la Autoridad Portuaria de Las Palmas.
Este viernes los representantes de la recién constituida Cámara de Comercio de Lanzarote, más concretamente su presidente, Eduardo Spínola, volvieron a insistir en su idea de pelear con uñas y dientes por conseguir la autonomía portuaria, el crear una autoridad portuaria propia, una vieja reivindicación que en tiempos pasados sonaba a quimera pero que podría producirse si se consigue el suficiente apoyo político en los lugares de decisión.
Para ello es fundamental desarrollar una política igual de inteligente que la que se empleó para conseguir la autonomía de la Cámara de Comercio de Las Palmas. De ahí que si no ya en este tramo final de la legislatura, que podría ser, se usaran los próximos cuatro años para hacerlo. No es que haya excesiva prisa, porque después de todo lo que se ha sufrido y peleado, esperar dos o tres años más tampoco va a suponer una catástrofe.
En este medio de comunicación, tanto en artículos de opinión de los profesionales que lo componen como en el artículo editorial se ha defendido siempre la autonomía del puerto, porque hay razones sobradas que la justifican. La última nos la han vuelto a dar desde las empresas que tienen que trabajar a diario allí y que tienen que soportar las notables deficiencias existentes. Este diario ya adelantó a través de las declaraciones del presidente de la Asociación de Consignatarios de Buques, Tomás Fajardo, el problema que se iban a encontrar los primeros cruceros que estrenaran la temporada. Y dicho y hecho, porque las imágenes que se han visto en estos primeros días han vuelto a poner de manifiesto estas deficiencias.
A pesar de todo, existe un pequeño hueco abierto a la esperanza después del relevo en la presidencia de la Autoridad Portuaria de Las Palmas, después de la sustitución de José Manuel Arnáiz por Emilio Mayoral. De hecho, en el primer encuentro del Consejo de Administración después de las vacaciones de verano se aprobaron cuestiones fundamentales para el desarrollo portuario, cuestiones, también hay que decirlo, que en su mayoría han sido impulsadas desde el Ayuntamiento capitalino que preside María Isabel Déniz.
Como explica este diario en su edición de hoy, el Consejo de Administración de la Autoridad Portuaria de Las Palmas aprobó este viernes la declaración de innecesariedad de los terrenos de dominio público portuario de la instalación arrecifeña. Con esta decisión queda respaldado el acuerdo plenario del Ayuntamiento de Arrecife que solicitaba iniciar el expediente a fin de declarar innecesario, para uso portuario, la zona del frente marítimo capitalino comprendida entre la cara sur del Islote del Francés y el Cabildo, a excepción del antiguo muelle comercial, su vial de acceso y los terrenos al oeste del mismo, así como una edificación (inmueble de Puertos) localizada al lado de las salas de cine Atlántida. Ahora, la Autoridad Portuaria seguirá con los trámites correspondientes ante los ministerios de Medio Ambiente y Fomento para consolidar la desafectación, un tema que desde luego se puede considerar como vital para la protección de la zona.
Pero además, y esta es una de las cuestiones más sangrantes, el Consejo de Administración adjudicó las obras de refuerzo y mejoras del muelle de contenedores de Arrecife por un valor de 262.591 euros.
Acostumbrados como estábamos en Lanzarote a no recibir nada, estas pequeñas obras y estos pequeños logros nos parecen mucho. Sin embargo, parece necesario que nuestros representantes en la Autoridad Portuaria, también los dos primos Fajardo -Manuel Fajardo Feo y Manuel Fajardo Palarea-, empujen con fuerza para que cambien las cosas. De lo contrario nos seguiremos tropezando con los problemas de siempre.