Este martes el presidente del Gobierno de Canarias, Adán Martín, ha confirmado algo que algunos todavía ponían en duda, que no se va a presentar a la reelección como presidente de la Comunidad Autónoma.
Hay que señalar, sin embargo, que hasta el último instante, a pesar de que en su día Martín dejó claro que quería volver a ser un "ciudadano normal" -hay que recordar que el político tinerfeño superó a base de mucho tesón y esfuerzo una terrible enfermedad que le golpeó con crudeza en la pasada legislatura cuando era vicepresidente del Ejecutivo que presidía Román Rodríguez-, hubo mucha gente dentro de CC que intentó convencerle para que continuara; gente incluso de Lanzarote, donde ya hemos significado en infinidad de ocasiones el apoyo incondicional que había hacia un político que entienden que se ha portado como no lo habían hecho sus antecesores en el puesto.
Como adelantó este diario en su edición digital, Adán Martín esperó al final del debate para comunicar su decisión de no repetir como candidato, pero aclaró que su anuncio no es una despedida, porque le quedan cuatro meses "de intenso trabajo".
Ahora, el Consejo Político Nacional de CC, máximo órgano en la toma de decisiones, tiene previsto reunirse el próximo sábado para decidir quién será su candidato a presidente del Gobierno de Canarias, ya que Martín figuraba hasta ahora entre los posibles aspirantes.
Son muchas las quinielas que se hacen, sobre todo desde que entró en juego el conocido como eje oriental, aunque el actual presidente de la formación, Paulino Rivero, parece figurar como la persona con más posibilidades. Al menos así lo dicen los que están metidos en el tema.
Como ya señalamos, una de las noticias políticas más importantes de la semana pasada fue la decisión de los representantes de CC en Lanzarote de aceptar finalmente la interesante oferta hecha por sus compañeros de Fuerteventura para proponer en la reunión del Consejo Político Nacional un candidato común que aspire a desplazar al que presentarán desde Tenerife. Y decimos desde Tenerife porque parece que en las otras islas occidentales no se ha hecho ningún movimiento similar al de Lanzarote y Fuerteventura y porque parece que está hablado y pactado con Gran Canaria que no se pise la propuesta unitaria.
Aunque en un principio se negaron a aceptar la iniciativa, aunque dirigentes de la formación como Mario Pérez o José Torres Stinga llegaron a decir que no era un asunto prioritario en estos momentos, está claro que el cambio provocado en la postura de los nacionalistas lanzaroteños no tiene que pasar desapercibida en el panorama político regional.
En Fuerteventura, donde política, económica y socialmente se están comiendo con papas a Lanzarote, tienen muy claro lo que significa realmente el “eje oriental”, la suma de los esfuerzos de las dos islas más orientales del Archipiélago, las que más han crecido en potencial económico y humano y las que menos reconocimiento han tenido en los últimos lustros.
Por eso, porque lo tenían tan claro, surgió la propuesta liderada por el presidente del Cabildo majorero, un Mario Cabrera que habló alto y claro esta semana en el programa “El Despertador” de Lanzarote Radio en dos intervenciones que a nuestro juicio fueron decisivas para que el partido que preside Mario Pérez cambiara de opinión.
Muchos piensan, y puede ser que no les falte razón, que detrás de la idea de Fuerteventura también está parte de CC en Gran Canaria, especialmente la parte más estratega, liderada, como no podía ser de otro modo, por el que fue elegido durante varias legislaturas consecutivas como el mejor orador de las Cortes Generales, José Carlos Mauricio. Como en la prensa seria no debemos creer en las casualidades, no nos parece casual que haya coincidido esta semana la visita del consejero de Economía y Hacienda del Gobierno autonómico con la confirmación de la aceptación de la propuesta majorera. Que Mauricio haya estado cerca de Mario Pérez y compañía, que haya estado cerca de Mario Cabrera y los suyos, podría tener algo que ver en el hecho de que los grancanarios secunden una iniciativa de este tipo.
Como medio de comunicación independiente de la isla de Lanzarote tenemos que apoyar este tipo de iniciativas, puesto que de prosperar sería la primera vez que un partido con aspiraciones serias a gobernar Canarias tendría un candidato que no procediera ni de Gran Canaria ni de Tenerife. CC tiene la posibilidad de ser la primera formación que dé este paso adelante, aunque somos conscientes de la dificultad que entraña la idea en una comunidad en la que en ocasiones se hace casi imposible conjugar las sensibilidades y las pretensiones de poder.
Por tanto, lo más lógico es decir que es más que probable que finalmente no prospere la intención del eje oriental, lo que no significa que el paso dado por los nacionalistas sea positivo. No haberlo hecho habría supuesto un retroceso en el avance que el “eje oriental” quiere que experimente el Archipiélago, un avance en el que también se tienen que incluir aspectos políticos aparentemente sin importancia como es este.
Insistimos en que mucha gente considera y defiende -sobre todo lo defienden en las islas capitalinas-, que el candidato a la presidencia tiene que ser la persona más preparada. Sin embargo, es muy difícil determinar qué persona es la más preparada, y, sobre todo, es muy complicado determinar si no hay personas más preparadas en Fuerteventura, El Hierro, La Gomera, La Palma, La Graciosa y Lanzarote que en Gran Canaria o Tenerife cuando no se da la posibilidad de que alguna persona de Fuerteventura, El Hierro, La Gomera, La Palma, La Graciosa o Lanzarote pueda aspirar a encabezar una lista de un partido grande.
Por tanto, la iniciativa de Fuerteventura, tenga o no tenga un trasfondo oculto, supone una magnífica idea y una gran posibilidad de cambiar la enquistada tendencia política de los grandes partidos. Habrá que confiar en que en las islas no capitalinas del otro lado del Archipiélago hagan lo mismo y propongan su candidato.
No estaría mal, sobre todo cuando en sus filas tienen a alguien como Antonio Castro Cordobez, alguien a quien pocos superan en preparación y en conocimiento profundo de la Administración autonómica. Nos parece, eso sí, que la respuesta que ofreció ayer en Lanzarote cuando le preguntaron por este asunto no fue demasiado esperanzadora.