Las patronales turísticas de Santa Cruz de Tenerife (Ashotel), Las Palmas (FEHT) y Lanzarote (Asolan) se mostraron este lunes partidarias de prolongar la moratoria turística durante tres años más. Según la información difundida por las agencias de prensa, los dirigentes de estas organizaciones empresariales, que se reunieron en Tenerife para analizar la situación del sector, coincidieron también en reclamar al Gobierno canario medidas para renovar la planta alojativa obsoleta y la mejora del espacio turístico. En su análisis del proyecto de ley de Transporte Terrestre, los hoteleros acordaron pedir que se incluya el transporte privado complementario, para que los establecimientos alojativos puedan contar con vehículos tipo limusina o de hasta nueve plazas. Pedirán las asociaciones hoteleras también que se modifique el decreto sobre piscinas, ya que sus exigencias las consideran "de imposible cumplimiento".
Respecto a la ley del consumo de tabaco, consideran que los límites a las zonas de fumadores (el 30% de la superficie del local con un máximo de 300 metros cuadrados) es insuficiente. Las asociaciones hoteleras canarias quieren establecer un marco de colaboración permanente y para ello han anunciado que este primer encuentro irá seguido de reuniones trimestrales.
En general, hay que estar de acuerdo con las grandes patronales alojativas. La moratoria actual se queda corta teniendo en cuenta lo que se ha construido, lo que se está construyendo y lo que se intuye que se va a construir. Sin embargo, la ambigüedad que estas mismas patronales han mostrado a la hora de hablar de la combinación entre crecimiento y protección del territorio ha obligado a los ciudadanos a desconfiar de su discurso. No es que no se les crea, es que han dado motivos para desconfiar. De hecho, la petición que han hecho para que se amplíe la moratoria turística llega tarde en algunos territorios, sobre todo en Tenerife y Gran Canaria, donde la saturación es tal que muchos turistas empiezan a quejarse. Lanzarote, de no ocurrir un milagro, va por el mismo camino.
Costas acaba de anunciar que se va a derribar un hotel, el Papagayo Arena, pero, como explica su director en la entrevista que publica hoy este diario, no especifica ni cómo ni cuándo. Parece más, como dijo Manuel Fajardo refiriéndose al Plan General de Haría, “humo”. Por eso, son estos mismos empresarios hoteleros los que deberían dar ejemplo. Como comentó también el ex presidente de la Federación de Empresarios Turísticos de Lanzarote (AETUR) Gerardo Fontes, lo primero que tendrían que hacer es no amparar a los que cometen las ilegalidades, que son muchos, como los touroperadores no deberían llevar turistas a aquellos establecimientos que están al margen de la ley.
Las palabras se las lleva el viento, y siempre queda bonito salir en la foto hablando de cosas que normalmente se sabe que no se van a hacer. Que los empresarios del sector alojativo pidan ahora una moratoria más amplia es cuanto menos bastante sospechoso.
Mientras, nos hemos enterado de que el mes de junio registró la entrada en Lanzarote de 76.142 turistas. Sus preferencias son los hoteles de cuatro y cinco estrellas, ya que el 73,72% eligió estas categorías de establecimientos. En el otro lado de la balanza se encuentran las 20.004 personas que se decantaron por alojamientos de una, dos o tres estrellas. ¿Quiere decir esto que el turista que viene a Lanzarote apuesta por la calidad? Pues sí, quiere decir exactamente eso.
Los datos ofrecidos en la Encuesta de Alojamiento Turístico en Establecimientos Hoteleros elaborada por el Instituto Canario de Estadística (Istac) muestran además que la estancia media se ha incrementado en medio día si se comparan los meses de junio del presente ejercicio y de 2005. En este sentido, si antes se pasaban 7,61 días, ahora los visitantes alargan sus vacaciones hasta los 8,11 días. Son números para tenerlos en cuenta y para no lanzar las campanas al vuelo pero sí ser relativamente optimistas.