Los ganaderos lanzaroteños se muestran dispuestos a sustituir la alimentación y cuidados que conlleven el uso de productos químicos por un procedimiento más ecológico, siempre que no les suponga un gasto muy superior al actual.
Así al menos se desprende de la experiencia de José Pérez Dorta, el representante del sector en la reunión que mantuvieron ganaderos y cooperativas ganaderas de todas las Islas esta semana en Tenerife. Pérez Dorta acudió en nombre de la Asociación de Agricultores y Ganaderos Ecológicos La Tanganilla, una asociación que pretende fomentar el uso de alimentos biológicos.
Con esta intención se acercaron todos los representantes de las siete Islas que confluyeron en Tenerife con el propósito de comenzar una campaña conjunta ante las administraciones para lograr su implicación en su lucha.
Según el representante lanzaroteño “ahora mismo parece existir voluntad por parte de la consejera del Gobierno de Canarias”. Por eso, esperan que acepte el proyecto que presentarán de forma conjunta la próxima semana en la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación del Ejecutivo regional, dirigida por Pilar Merino.
Entre las medidas que quieren que apoye la consejera, plantean la posibilidad de crear una planta de producción de piensos ecológicos o, al menos, que se subvencione de algún modo el transporte del grano, el pienso y el forraje de este tipo que necesitan los animales.
Por su parte, los ganaderos también apuestan por la implicación institucional en campañas de sensibilización de las ventajas de incluir estos alimentos en la dieta como forma de prevenir enfermedades y ganar en salud.
Este es el propósito de muchos de los que en Lanzarote y en el resto del Archipiélago apuestan por mantener una ganadería acorde con el medio ambiente a pesar de la carestía y las dificultades que conlleva.
Con estos obstáculos se encuentra cada día en su trabajo con los animales José Martín, un ganadero que lleva más de 18 años trabajando en la ganadería y que aboga firmemente por los beneficios de los productos biológicos a pesar de los escasos beneficios que le reportan.
Vocación por la salud
Cada sábado Martínez monta su puesto en el mercadillo de Haría con la intención de vender el queso o los yogures que elabora con la leche de sus cabras.
Lo hace como cualquier otro ganadero canario, pero con menor beneficio. A este ganadero le cuesta tres veces más comprar un saco de pienso y no puede vender su producto en los puntos de distribución masiva, que le exigen una garantía de producción anual que no puede asegurar.
Es el precio que debe pagar por creer en los beneficios de la agricultura y la ganadería biológica. Martínez apuesta por la salud que está convencido conlleva la ingesta de alimentos que no estén elaborados a base de productos químicos.
Y la realidad es que son muchos los que cada vez más se apuntan a la alimentación sana y a la eliminación de la química en los productos que utilizan, una costumbre que está empezando a traer consecuencias negativas. En el norte de Estados Unidos se enfrentan ahora con un grave problema por la desaparición de millones de abejas debido, entre otros factores, a la presencia de residuos químicos/contaminación en la cera, en las reservas de alimento y/o en las abejas.
La influencia nefasta de la química en la agricultura y en la elaboración de alimentos influye en muchos aspectos y son muchos los estudios que señalan la incidencia de estos productos en el deterioro del sistema inmunológico.
Estas razones hacen que unos pocos se pasen a la alimentación biológica y que muchos la busquen cuando ya están enfermos. Así al menos lo percibe Martínez, que en sus años de experiencia ha visto como los achaques de la edad o las enfermedades acercan a los compradores a los buenos hábitos alimenticios.
Por eso, este ganadero apoya la propuesta de bajar los precios de los piensos, forrajes y granos ecológicos para los animales, pero también insiste en la necesidad de concienciar a la población de la necesidad de evitar los químicos en la medida de lo posible. “Tienen que entender los beneficios que conlleva gastar un euro más en un yogur que no contenga químicos”, explica.
Problemas para apostar por la ecología
En esta línea se desarrolló la reunión de los ganaderos ecológicos de Tenerife. Entre todos pretenden saltar los obstáculos que se presentan a la hora de apostar por los productos ganaderos biológicos.
Aseguran que la idea es la de cambiar el concepto de cantidad que preside ahora el comercio de productos animales por el de calidad. Este es el calificativo que hay que asociar a los productos canarios para que realmente sea rentable invertir en la ecología alimentaría.
Así lo entienden los participantes de esta reunión, entre los que se encontraban grandes empresario ganaderos que están consiguiendo sacar buen rendimiento a sus productos alternativos o la Cooperativa Asociación de Ganaderos de Tenerife, que está colaborando en este proyecto con el asesoramiento experto de sus integrantes.
Con esta iniciativa se pretenden solventar los problemas que acusan los ganaderos que están dispuestos a usar estos productos en la alimentación de sus animales pero que no pueden soportar el gasto que conlleva.
La carestía en el pienso, forraje y grano es la causa principal del problema. No se producen en las Islas y al no estar organizados, los pedidos que se hacen de forma individual no pueden beneficiarse de las subvenciones que reciben los importadores en Canarias. Además, el uso de grano en los biocombustibles está encareciendo cada día más este producto, básico en la nutrición animal.
Por eso, lo que le pedirán a la consejera del Gobierno de Canarias y a los consejeros de los correspondientes Cabildos es su implicación tanto en las ayudas al transporte del exterior a Canarias como entre Islas, así como en la creación del producto dentro del Archipiélago.
En principio, se está barajando la posibilidad de utilizar la infraestructura de un particular de Gran Canaria provisto de molino y silos para la producción en conjunto de grano, pero esta, como el resto de propuestas, pasan por la organización de todos los ganaderos y de la implicación de las instituciones.