De entre los periódicos nacionales teóricamente serios, El País es de chiste. Y cada día un poco más. El refrito que sacó este domingo sobre la corrupción en Lanzarote, que haberla hayla a punta pala y cansados estamos muchos de denunciarla a diario, lo habría mandado a la papelera sin contemplaciones y asqueado Lou Grant, aquel pequeño/gran redactor jefe de La Tribuna de Los Ángeles de la mítica serie televisiva que tantas vocaciones periodísticas levantó en todo el mundo y parte del extranjero. Y además le habría tirado de las orejas, o le daría directamente un cogotazo en el tronco del oído, al que redactó reportaje tan mal escrito y tan descaradamente sesgado e intencionadamente partidista, donde se mete a todo el mundo en el mismo saco, se da por hecho que todos los actores de la política son corruptos (incluso los que no han tocado poder, supongo, como la gente de Alternativa Ciudadana y por ahí), pero sólo se nombra al PSOE para recordar lo único que hizo bien su actual secretario general, obviando ladina o torticeramente que el PSOE es uno de los partidos políticos con más implicados en el Caso Unión, y que don Carlos Espino el impoluto está imputado judicialmente por tres delitos muy graves de corrupción. Ah, esas medias verdades que casi siempre acaban siendo las peores mentiras, como es triste fama.
En la Redacción de El País se sabía, desde mediados de la pasada semana, de la publicación de una encuesta en la prensa grancanaria en la que, como era previsible, el PSOE queda a los pies de los caballos, perdiendo votos y escaños por un tubo. Así de oscuras las cosas, se ordenó deprisa y corriendo un nuevo reportaje que era un reportaje viejo que nada aporta a lo ya sabido, pero que valdría para compensar el leñazo demoscópico en el Archipiélago. Visto el resultado, fue peor el remedio que la enfermedad, para mi gusto.
En cuanto al sondeo de marras, uno puede creerse más o menos el batacazo electoral del PSOE en las islas (yo estoy convencido de que será mucho peor de lo vaticinado en esa encuesta dominical), pero tragarse lo de esa milagrosa recuperación de Coalición Canaria (CC para los amigos y demás personas piadosas) en la isla redonda ya son palabras mayores. No cuela ni con tarros de leche condensada, como decíamos allá cuando chinijos.
Fea y sucia campaña electoral y periodística la que se empieza a columbrar allá por lontananza, a fe mía. (miguelangeldeleon@gmail.com)
