Durante los dos últimos días el ambiente del recinto ferial está marcado por el trajín de camiones y herramientas. Las últimas atracciones acaban de llegar de las fiestas de Puerto del Carmen y se incorporan para dotar a la capital de la Isla de una feria completa. Los feriantes se convierten en testigos privilegiados del giro que han dado las fiestas desde que se trasladó su centro neurálgico del castillo de San Gabriel al recinto ferial. Por su parte los habitantes de la capital capitalina también han querido dar su opinión sobre lo que este cambio ha supuesto para ellos y para la celebración del Patrón.
Tío vivos, cochitos, el pulpo, la fórmula uno, los toritos, estas son sólo algunas de las atracciones de las que ya hemos podido disfrutar durante los pasados días y de las que se han ido incorporando en las jornadas de ayer y hoy. Los camiones llegan desde Puerto del Carmen para completar la oferta de diversión luces y color que acogerá el recinto ferial durante la celebración de San Gines. Las casetas de comida y bebida ya están preparadas y poco a poco se van ultimando los detalles de las que aun estaban por llegar.
Los feriantes observan y participan de forma activa en la carga y descarga de las estructuras. Son testigos de primera mano de la trayectoria de unas fiestas que generan opiniones para todos los gustos. La mayoría de ellos han dedicado toda su vida al negocio de la feria. Adquirieron la profesión por herencia y se la traspasarán a sus hijos que pronto comprenderán que su familia lleva más de tres generaciones acudiendo a las fiestas de San Ginés. Cuestionados por la situación que vive actualmente el sector, los feriantes responden que las cosas ya no son lo que eran. Miran con nostalgia a tiempos pasados cuando la gente disfrutaba de las atracciones hasta altas horas de la mañana, sin prisa y sin miedo.
La familia de Rafael Tomás Medina lleva cincuenta años acudiendo a la ciudad capitalina, hoy son sus hijos y sus nietos los que se ocupan del negocio. Junto a ellos familias con la misma tradición y que han visto la evolución de las fiestas tan de cerca como ellos. Todos coinciden en afirmar que “desde el traslado del movimiento al recinto ferial la gente siente la fiesta de forma diferente y no se anima a montar en las atracciones”. Ellos relacionan este fenómeno con el aumento de la violencia y de los enfrentamientos que se producen al anochecer, por ello concluyen que “los padres tienen miedo a dejar a sus niños en el recinto por la noche, llegan aquí a las cinco de la tarde y se van a las ocho o nueve”.
Pero no todos son detractores del cambio. También existen los que apoyan el recinto ferial y defienden un lugar con más espacio y menos ruido para los vecinos. Sin embargo, estos últimos critican que no se acondicione bien el lugar y se disponga de todas las medidas sanitarias necesarias. Algunas opiniones también coinciden en que las fiesta ya no son lo que eran, pero no lo achacan al cambio de lugar de las actividades simplemente a la perdida de costumbres y tradiciones, son muchos los que se sienten nostálgico de una época en que San Ginés reunía a los vecinos de Arrecife y en el que la calle era su punto de encuentro.
Otro tema que ha causado controversia ha sido el de las actuaciones musicales.
Los más jóvenes tienden a comparar la oferta musical de la capital con la de las ciudades de otras Islas y en muchos casos dicen que es insuficiente. Algunos reclaman más variedad en los estilos musicales y otros se quejan de que los conciertos sean con entrada.
La realidad es que con música para todos los gustos o sin ella las fiestas de San Gines ya han dado su pistoletazo de salida y han sido diseñadas para el disfrute de vecinos y visitantes que decidan acercarse durante estas dos semanas de celebración a la capital de la Isla.