jueves. 28.03.2024

Todas las mujeres españolas vamos a tener que reconocernos a partir de ahora en los modelos “diábolo” (el perímetro del pecho y la cadera son iguales con la cintura más estrecha), “campana” (pecho y cintura parecidos y mayor cadera) o “cilindro” (todo más o menos similar). El estudio antropométrico elaborado por el Gobierno supondrá que las nuevas tallas, si es que termina por implantarse este sistema, tendrán estas tres variaciones. Esto implica un auténtico fastidio para los fabricantes que deberán elaborar tres modelos diferentes de cada talla, con el consiguiente perjuicio económico.

Para Prudencio Lorenzo, presidente de la Federación de Empresarios del Comercio Textil de la provincia de Las Palmas, esta idea es prácticamente inviable si no se adhieren a ella el resto de países de la Comunidad Europea.

Piensa que “este estudio supone un paso más para intentar regularizar el caos que hay en toda Europa en relación a las tallas pero aunque España quiera dar este paso, si la idea no se homologa en el resto de Europa, poco se va a conseguir porque es muy complicado que productos que se fabrican en Asia se elaboren única y exclusivamente con ese patronaje para nuestro país”. Explica que “si no globalizamos la propuesta es muy difícil que se lleve a cabo porque no tenemos tanta importancia dentro de lo que es el comercio mundial”.

También asevera que “no es fácil, tanto para el fabricante como para el comerciante, que de un mismo artículo tengas que tener tres patronajes distintos porque estamos hablando de una producción industrial que es muy difícil que puedan afrontar las pequeñas y medianas empresas”.

Lorenzo dice que si hemos llegado a la situación de que una misma talla mida varios centímetros más o menos en cada tienda tiene mucho que ver con las medidas de los distintos países ya que los anglosajones trabajan con pulgadas y en ocasiones hay que adaptar las tallas.

Sentirnos más delgadas

Otro factor determinante a la hora de establecer las tallas tiene que ver con el efecto psicológico positivo que se obtiene al hacer creer a las clientas que han pasado de una 40 a una 38 aunque pueda parecer por arte de birlibirloque. Dice Lorenzo que “también influyen las modas de cada temporada y hay veces que se llevan las cosas muy flojas y necesitas menos talla y otras en las que predomina lo ajustado y tienes que comprarte una talla más”.

Ruina para el pequeño comerciante

Insiste el presidente de la Federación de Empresarios del Comercio Textil de Las Palmas que para los pequeños comerciantes va a ser muy difícil contentar a todo el mundo. Para que la gente se haga una idea, Lorenzo compara estas nuevas mediciones con las de la ropa interior, que un sujetador de la talla 90 puede tener distintas copas porque aunque lo que se mide es el perímetro de la mujer, luego depende del volumen de pecho que tenga. De este modo, los pantalones podrían ser de la talla 40 pero luego se añadirían uno de los tres dígitos que representan a esas mujeres con figura de diábolo, campana o cilindro. Los caballeros que suelan hacerse trajes a medida también lo entenderán si tienen en cuenta que ellos pueden usar un talla determinada de chaqueta pero luego los hay que tienen más barriguita y van a necesitar una prenda que se adapte a la estructura de su cuerpo.

Y ahora, los hombres

Una vez concluido el estudio antropométrico para las mujeres, llega el turno del de los hombres, que también se están viendo afectados por esta falta de criterio a la hora de establecer tallas. Asevera Prudencio que “nosotros estamos en la misma situación y aunque también podamos tener problemas, va a ser realmente complicado que países emisores de ropa como puedan ser Turquía, Marruecos o cualquier lugar de Asia vayan a hacer prendas pensadas exclusivamente para los consumidores españoles, otra para los alemanes y otra para los italianos porque ellos piensan en Europa en su conjunto”.

Por todo ello, opina que esta propuesta del Gobierno “tendrá futuro siempre y cuando la Comunidad Económica Europea imponga un tallaje unificado porque mientras en España se quiera ir por libra, esta medida puede resultar muy moderna pero imposible de llevar a la práctica”.

Sobre la posibilidad de que el resto de Europa se adapte a esta iniciativa española, cree Lorenzo que “podría ocurrir porque estamos en un momento en el que se está muy sensible en todas las pasarelas con el tema del tallaje, el patronaje y los estereotipos de la moda así que ha podido llegar el día en el que se saque una normativa europea para regularizarlo todo”. Comenta que “por lo menos, España podrá presumir de ser el primer país que lo ha intentando”.

En cuanto a los fabricantes españoles, que puede que no dependan tanto de la importación exterior, comenta el empresario que “desde luego no les va a hacer ninguna gracia tener que realizar tres modelos distintos de cada talla porque los beneficios se consiguen cuando se hacen muchos artículos iguales y diversificarlos lo único que hace es encarecerlos”. Asegura que “cuando le dices a Zara que va a tener que hacer una producción para venderla en Estados Unidos, otra en Francia y otra en España no van a estar muy contentos porque la economía de escala se basa en grandes cantidades del mismo producto”.

3 tallas 40
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