domingo. 11.05.2025

Por Martino

Se acabaron nuestras esperanzas, no hay vuelta atrás, se inició oficialmente la campaña electoral. Huyamos, sálvese quien pueda, las mujeres, los niños y los inteligentes primero, hay que abandonar el barco lleno de ratas hambrientas de dietas.

Algo así debieron pensar en aquel pueblo, cuando a la propuesta de que los políticos dejaran sus puestos a gente joven y preparada, sin malear y que lo haría mejor y por menos dinero, aquellos hicieron oídos sordos.

Su eslogan era preciso y precioso: “ Fuera, memos, nosotros lo hacemos por menos”. Ya no hay escapatoria, listas, pasquines con caretos de tipos y tipas sonrientes y encorbatados ellos, ya ocupan paredes y vallas publicitarias, nos vuelven a engatusar, somos seres humanos y tropezamos cada cuatro años con la misma piedra, pero no LA PIEDRA actriz porno, con esa sólo tropieza PIPI ESTRADA.

Lo malo no son las listas electorales, que pueden ser más o menos listas, tontas o mediopensionistas, lo requetepeor son las encuestas superpuestas e indigestas, esos cálculos que duelen más que los del riñón para los que a servidor nunca le han preguntado. Peor que las encuestas, si cabe, los pactos que se avecinan. Vamos sin novedad, los mismos de siempre realizando extraños contorsiones y extraños apareamientos de cama con los que repudiaban y antaño se divorciaron hasta con juzgados de por medio. Lo extraño es que con tanto apareamiento y tanta cama redonda, tipo orgía ideológica, no cojan una sífilis o gonorreas varias. Son inmunes los jodidos.

Recordemos el segundo eslogan del pueblo antes mencionado

“POLÍTICOS MARCHAD, YO LO HAGO POR LA MITAD”

Quiero terminar con una cancioncilla que publicaron en el Correo Político y Literario de Salamanca en el año 1808, con el título” RECETA PARA HACER NAPOLEONES”, y que me he permitido modificar ligeramente:

Coge un puño de tierra corrompida,

un quintal de mentira refinada,

un saco de caradura bien medida,

plumas de pavo real, garras de tigre,

del corzo el corazón y la taimada

cabeza de la zorra envejecida.

Todo esto bien mezclado y a un talego

de exterior halagüeño y hasta blando,

arrimarás de la ambición el fuego

y tú verás sin duda cómo salen

un político o dos de allí volando.

¡Fuera, memos, nosotros lo hacemos por menos!
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