Por Martino
JOB PERDOMO era un honrado taxista, afiliado a Coalición Canaria Sector MARIO PÉREZ, conocido en el gremio por su templanza y paciencia, a prueba de policías locales, una especie de hombre de hielo, que no se inmutaba ni ante la subida del carburante ni ante los parquímetros.
Un día, el Señor, decidió probar su aguante y le sometió a pruebas espeluznantes, un auténtico calvario. Al pobre JOB, en día y medio le retiraron el carné por puntos dejándolo en el paro, DOÑA EVERALDA, suegra del santo, vino a vivir a su casa para los restos, que eran muchos, su hijo primogénito dejó su brillante carrera de notario y se hizo presentadora de televisión, previo cambio de sexo financiado por la Junta de Andalucía, su hija pequeña, la niña de sus ojos, se quedó embarazada de un abogado que, previamente, había inducido a invertir al pobre JOB todos sus dineros en el Fórum Filatélico famoso. No había duda, el Altísimo había conseguido que JOB tocara fondo.
Un mal día, que tantos malos días da el tiempo, el paciente JOB, harto de ron miel y de ser la risión del barrio, se metió en el primer banco que encontró, armado de una escopeta recortada, mal recortada ya que lo recortado era la culata y no el cañón, y un disco recopilatorio de RAPHAEL, que ya es violencia coño, y se hizo fuerte tomando rehenes con la aviesa intención de llevarse crudo todo el dinero de la entidad bancaria. Cuando llegó el negociador de la policía, JOB, que había visto demasiadas películas de QUENTIN TARANTINO, pidió unas pizzas y un helicóptero, pero no le concedieron nada. Bueno, en realidad si le dieron, y por innombrable sitio, DON ANSELMO, director del banco, que era todo un profesional, aparte de bujarrón, en un descuido del atracador, lo puso mirando a Cuenca y todavía algo más doloroso, le obligó a firmar un plan de pensiones en el que ni tan siquiera, hace falta ser ratas, oiga, le regalaban una vajilla o un edredón nórdico, como en todos.
Hoy JOB, arruinado, desesperado, sin rumbo y en el lodo, como reza el bolero de LOS PANCHOS, sufre la pobreza y las hemorroides en silencio. El poco dinero del que disponía se lo está gastando llamando por teléfono a Dios, pero se le pone el contestador automático y se le acaban las monedas, por no hablar de una profunda depresión a causa de la crisis interna del PSC de Lanzarote, que, inexplicablemente porque es muy nacionalista, le ha afectado mucho, hasta el punto de que se ha mandado tatuar en el pecho, sin afeitar y sin anestesia, el consabido I LOVE YOU, MIGUEL ÁNGEL LEAL, se iba a poner también lo de “ VUELVE A CASA , VUELVE...”, pero le faltaba espalda y no era Navidad.