1.- Ya he escrito la crónica de fútbol, ya he enviado los artículos al periódico de papel, ya he cumplido con toda mi gratuita afición, ¿qué les cuento yo ahora? Del tema catalán no vale la pena decir mucho. Hoy se celebra un Consejo de Ministros extraordinario para recurrir ante el Constitucional la nueva ley trampa catalana, la de la investidura de Puigdemont en ausencia. El Gobierno de Rajoy, de acuerdo con el Consejo de Estado, recurrirá ante el alto tribunal, que probablemente declarará inconstitucional la nueva norma loca del Parlamento de Cataluña, presidido por el radical Torrent. Y admitirá, por tanto, a trámite el recurso. La otra, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, quiere identificar a los guardias que dieron palos el 1-0. Y que la gente la ayude. ¿Para qué? Dieron los palos que se vieron obligados a dar. Si no, los machacan. A pesar de todo, parece que Cataluña crece económicamente más que España, así que los catalanes se lo deben agradecer al Gobierno de Rajoy y al artículo 155, porque si mandaran estos enajenados que pululan por las instituciones Cataluña se arrastraría por el fango. ¿Y qué más les cuento yo? Del árbitro de Lanzarote que pitó el Barcelona-Real Madrid, mejor no hablar. Estoy de acuerdo con el “loco” Gatti cuando dice que estos partidos deben ser arbitrados por colegiados europeos internacionales, los que pitan en la Champions. Aytiquín, no, ese no, que ese viste de azulgrana. Yo no creo que Hernández Hernández no quisiera ser imparcial, pero le iba grande este partido. Se acojonó con lo que le dijo Messi en el campo y en el túnel de vestuarios. Messi, a pesar de su estatura y de su bajo punto de gravedad, está crecidito. Parece un niño grande.
2.- Qué pena que haya sido un canario el que dio ese espectáculo tan feo en el Nou Camp. Hubiera ganado el Real Madrid, pero de calle, sin ese obstáculo tan importante. Y lo peor es que es la tercera o cuarta vez que hace lo mismo. Yo creo que el Comité de Árbitros es el culpable. Cada vez que alguien de ellos quería que el Madrid palmara designaba a un tal Clos Gómez para arbitrar. Ya se ha jubilado, menos mal. Recuerdo una final en el Bernabéu contra el Atlético de Madrid que fue una auténtica vergüenza. Yo estaba allí, lo vi en directo. Era el tipo más parcial que yo me he tirado a la cara en un campo de fútbol. Sin embargo, Hernández Hernández lo que me pareció fue un lerdo, un acojonado. A los árbitros españoles les gusta hacerse protagonistas. Pier Luigi Collina, que para mí ha sido el mejor árbitro de la historia, y que ahora preside el comité de asignaciones de la UEFA, debería darles un cursillo de cómo se arbitra con sencillez, con personalidad y sin alharacas.
3.- Bueno, pues encontré de qué hablarles, pero tampoco nada del otro mundo. La actualidad política ha bajado, pero ya subirá. Ahora manda lo deportivo. Y lo deportivo son dos finales, la de Kiev, el 25, con el Real Madrid y el Liverpool como protagonistas, y la de Lyon, con el Atlético de Madrid y el Marsella, antes. Dos equipos españoles en lo más alto del fútbol europeo. Qué bien. Aunque a mí quien realmente me interesa es mi Real Madrid.
Es una publicación de El Diario de Tenerife.com