viernes. 02.05.2025

1.- Estos tipos se han vuelto majaretas. Parece mentira que un payaso como Puigdemont los haya abducido de tal modo. Aunque algunas voces más sensatas se han alzado ya contra el “plan Junqueras”, Puigdemont les exige que el único con estatus de presidente sea él, en el exilio, y que en Cataluña se formara un Gobierno sin presidente, cosa realmente imposible porque al presidente lo nombra el Parlamento y es el presidente quien tiene que formar su equipo de consejeros, su Gobierno. Y lo peor de todo es que se creen que eso va a ser posible y que Puigdemont, que se está enchavetando por momentos, será investido en Bruselas cuando eso jurídicamente es imposible. Imposible e intolerable. Me da, pues, que el Gobierno de Madrid va a tener que aplicar el 155 para rato. Por cierto, que las instituciones catalanas están funcionando mucho mejor que antes, y que los empresarios que hacen obra pública o prestan servicios a la comunidad autónoma de Cataluña, están contentísimos porque cobran antes. Claro, es que, hasta el 155, los secesionistas manejaban su dinero para el procés y ahora el puto procés se ha ido a hacer puñetas.

2.- Cada vez que leo un periódico observo que los secesionistas han cambiado de opinión. La ciudad de peregrinación de los republicanos catalanes será ahora Waterloo, a donde tendrán que ir, al menos, una vez en la vida los neonacionalistas, como los musulmanes a La Meca. Yo creo que el Gobierno español va a poner un AVE Barcelona-Waterloo, con paradas en las capitales catalanas que sean menester por la ruta. Ya dije, o diré en otra parte, que Puigdemont es una especie de papa Clemente Domínguez, el del Palmar de Troya, un farsante. Acabarán insultándolo por la calle los propios belgas (al papa lo llamaban maricón), hartos del tumulto que se está montando en las proximidades de su mansión de Watereloo, que será incluida en las guías turísticas como lo fue “Villa Giralda”, la casa de don Juan en Estoril, que hasta yo visité, cuando ya no vivía en ella la Familia real española. Nada hay nuevo bajo el sol, señor Puigdemont, aunque usted acabe en un altar de Montserrat, inciensado por el abad mitrado. ¿O eso era en el Valle de los Caídos, donde descansa el Caudillo?

3.- Cuando ustedes, desocupados lectores, noten que no entrego un artículo frecuente significa que estoy deprimido y que no he podido sobrellevar con dignidad los acontecimientos. Julio Camba vivía en el “Palace” y dormía con una visera de telegrafista de película del Oeste y leía en la cama novelas policiacas. Yo voy a terminar haciendo lo mismo, por culpa de los nacionalistas radicales catalanes, tan ridículos, pero contagiosos. Para hacer un periodismo fresco, como el de Camba, hay que estar relajado y el asunto catalán nos tiene a todos los cronistas hablando solos. No sé, creo que estoy al borde de un ataque de nervios. Ahora se han inventado lo de los dos gobiernos, uno en Bruselas y otro –títere— en Cataluña–. ¿O es al verre? Es que no lo sé.

Es una publicación de El Diario de Tenerife.com

¿La última locura? Dos gobiernos catalanes
Comentarios