Google ya nos considera un país comunista, a la altura de China, Cuba y Venezuela. Lógico, está Podemos en el Gobierno. En Ferraz, sede socialista madrileña, se escuchan tambores lejanos. Yo de Sánchez pondría las orejas tiesas. Poderosas voces socialistas, masculinas y femeninas, han puesto en alerta sus cuerdas vocales, en coro. Se está hablando demasiado de darle la patada en el culo a Iglesias y pactar un Gobierno con Casado y Arrimadas, aunque siga Sánchez como presidente títere. O no. Desde luego, sería lo único que pudiera salvar al PSOE de la ristra de errores del coronavirus y, sobre todo, del desastre económico que nos espera, que es monstruoso. Gobernar por decreto tiene el defecto de las propias limitaciones del sistema: no hay mal que cien años dure, ni cuerpo que lo resista. Sánchez, en su infinita impotencia, se ha convertido en una máquina de hablar mucho y no decir nada. Su correa de transmisión está rota y propagar las ideas a fuerza de comprar periodistas y televisiones tiene un defecto. Y es que en este país todo se sabe; se trata España de una nación incapaz de guardar secretos. Sobre todo si las cosas son tan evidentes como que las corporaciones de televisión se han vendido descaradamente al poder y ya se han olvidado de informar, formar y entretener y se han dedicado a trincar. Qué decir de TVE, en manos de sectarios, con sus mejores profesionales apartados de la pantalla con impunidad. Las redes, que son información paralela pura, se han dedicado a descubrir a los culpables. Incluso han creado gráficos/telarañas con las conexiones de cada beneficiario. Esta crisis pondrá muchas cosas en su sitio, aunque sea a fuerza de un doloroso saldo de muertos. Mientras otros países salen del entuerto, nosotros seguimos cargando ataúdes. Y esto, tarde o temprano, se paga. De ahí los tambores lejanos que suenan en Ferraz.
Publicado en Diario de Avisos