Cada vez que escucho a la izquierdona gritar eso de “no pasarán”, me vienen a la memoria las películas en blanco y negro y música desafinada de la guerra civil. Los españoles nunca aprendemos de la historia y repetimos los errores con una contumacia digna de mejor causa. Siguen cantando el “no pasarán” y los votantes andaluces pasaron democráticamente por encima de ellos. Podemos no dice más que tonterías y el PSOE sólo sabe rendir pleitesía al matrimonio gobernante. La izquierdona española es una calamidad, con tipos como el Coletas, el Rufián y el Garzón diciendo gilipolladas a troche y moche y otros de ellos cantando el “no pasarán”. Para mí que ya han pasado y que van a seguir pasando, así que lo mejor es que se inventen otra melodía. Después de lo de Andalucía, no sé si les seguirán entrando ganas de mover el cadáver exquisito de Franco o dedicar sus esfuerzos a escapar al país, en su caminar proa al marisco. Lo de Andalucía ha causado convulsión en la izquierda, muerta de frío y de miedo, porque como la cosa se repita en las municipales de mayo, Pedro Sánchez se puede ir despidiendo del cargo, al que llegó colado de rondón. Siempre digo que detesto escribir de política y les juro que es verdad, pero ver en televisión a esa tropa cantando el “no pasarán” ha enervado mis sentidos y me he sentado a contarlo, aunque ustedes ya saben de sobra lo que hay. Ahora que viene el puente se irán todos a la playa y nos dejarán tranquilos, aprovechando el veranillo de San Martín. Otros se quedarán con los niños en el chalet, esperando la Navidad, y a lo mejor hasta montan un Belén, en contra de sus creencias religiosas declaradas. Ay.
Publicado en el Diario de Avisos